Una treintena de barcos, casi el doble del año pasado, de la Demarcación de Costas, las mancomunidades de municipios occidental y oriental y algunos ayuntamientos del litoral trabajarán hasta el 15 septiembre para garantizar la limpieza de las aguas. Cuatro de estas embarcaciones pertenecen a Costas, que podría poner en funcionamiento una quinta si fuese necesario.
En el Ayuntamiento de Málaga, el Área de Playas dispondrá de cuatro barcos. Por su parte, la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol contará con una docena de »limpia-natas» contratados para cubrir seis municipios (Torremolinos, Benalmádena, Fuengirola, Mijas, Estepona y Casares) y Marbella dispondrá de dos embarcaciones propias. En el litoral oriental, nueve barcos se encargarán de luchar contra la suciedad, cinco de ellos del Ayuntamiento de Vélez- Málaga, uno de Nerja y otro de Rincón de la Victoria; el resto dependen de la mancomunidad.
Recursos insuficientes
Pero estos recursos parecen insuficientes a juzgar por las opiniones de los bañistas a pie de playa. «Si pillas un día bueno has tenido suerte, pero lo normal es que al mediodía empiece a aparecer la porquería», asegura María Chambó, que acude muchos días con su nieto a la playa de Guadalmar. Muchos bañistas de esta playa sospechan de la eficacia de la depuradora del Guadalhorce. Manuel Laure, jubilado, cree que esta depuradora expulsa parte de los residuos al mar sin tratar, porque más de una vez se ha encontrado con excrementos humanos flotando en la orilla.
Manuel Morata, presidente de la asociación de vecinos Parque Litoral, asegura que son muchos los días que se ven natas y espuma en la orilla, y que año tras año ir a la playa continúa pareciendo jugar a una lotería. Lo mismo ocurre en La Malagueta. El presidente de la asociación de vecinos de la zona, Antonio Delgado, asegura que todavía existen episodios de suciedad y que las horas del mediodía son especialmente críticas.
Teresa Porras, concejala de Servicios Operativos, Playas, Parques y Jardines, reconoce que la situación en las playas de la capital es la misma del año pasado. «Nuestros barcos recogen kilos de plásticos y cartones cada día, mientras que las natas persisten cuando hay viento de Levante; por mucho que luchemos para mantener limpias las playas, si el resto de los municipios no tienen saneamiento propio la suciedad persiste», afirma mientras añade que La Malagueta es la que más sufre esta inmundicia.
Francisco Leal, de la asociación de vecinos El Palo, recoge las denuncias de los bañistas de la zona, que cada vez que van a la playa tienen que comprobar hacia dónde sopla el viento. «Cuando hay viento de Levante sabemos que hay natas, y pensamos que viene de la depuradora del Peñón del Cuervo, mientras que si sopla Poniente nosotros podemos estar tranquilos porque la basura va hacia La Cala y Rincón de la Victoria», dice.
Depender de algo tan aleatorio como el viento es un mal negocio para los empresarios de playas, que año tras año pierden clientes por culpa de la suciedad. Así lo confirma Miguel Arrabal, presidente de la Asociación de Empresarios de Playas de Málaga, y miembro del Foro por el Saneamiento Integral del litoral malagueño, que fundaron el pasado año 25 asociaciones relacionadas con el turismo para exigir actuaciones a las instituciones. «Un turista que viene quince días y se encuentra con que al menos tres de ellos tiene el agua sucia no vuelve el próximo año», explica Arrabal.
Tratamiento de aguas"
La clave está en las depuradoras. Muchos municipios de la Costa y del interior todavía vierten sus residuos directamente al mar. Además, muchas de las depuradoras existentes están saturadas. La peor situación se vive en la zona de la Axarquía, donde el caso más grave es el de Nerja. A pesar de que en este municipio viven más de 22.000 personas, continúa sin depuradora. Torrox, Algarrobo, Vélez-Málaga y Rincón de la Victoria disponen de depuradoras en los pueblos, pero no cubren todas las urbanizaciones ubicadas en los municipios, sobre todo cuando la población se multiplica en verano.
La situación de la zona occidental, sin embargo, ha mejorado este año, según constata Antonio Rodríguez Leal, director general de la Cuenca Mediterránea Andaluza. «Se han acometido las ampliaciones de las depuradoras de Arroyo de la Miel y de Cerro del Águila, que duplican y triplican su capacidad respectivamente y que permitirán cubrir las necesidades de ambas zonas hasta dentro de quince años», indica. El problema, asegura, es que algunas depuradoras de Málaga están muy al límite de sus posibilidades, como es el caso de la del Guadalhorce, en Málaga capital, según añade o las de la costa oriental. «Ya hemos advertido a las empresas municipales de la necesidad de ampliarlas», añade. También asegura que el problema de las depuradoras no es sólo de inversión, sino también de mantenimiento. Por eso, Cuenca Mediterránea creará una oficina técnica que vigilará el correcto uso de las depuradoras que, una vez construidas por este ente público dependiente de la Junta de Andalucía, pasan a tener una gestión municipal.
Una de esas empresas municipales es EMASA, en Málaga Capital. Su gerente, José Luis Rodríguez, asegura que, desde que hace dos años invirtieron en la construcción de un colector interceptor para desviar parte de las aguas residuales desde la depuradora del Guadalhorce a la del Peñón del Cuervo, no han tenido ningún incidente de vertidos al mar. «Cada día desviamos al Peñón del Cuervo 20.000 metros cúbicos de aguas fecales, pero la zona del Guadalhorce tiene cada vez más población y está prevista la construcción de una nueva depuradora en el límite de Alhaurín de la Torre», especifica. Esta depuradora tratará las aguas residuales de Campanillas, Puerto de la Torre, Alhaurín el Grande y Cártama. Soluciones indispensables pero que para más de uno llegarán tarde para evitar estropearle el verano.