¿Nos amargarán el nuevo año?

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En las sociedades democráticas, los ciudadanos depositamos nuestra confianza a través del voto en los partidos políticos. Son ellos, por delegación nuestra, los que legislan y gobiernan. La pregunta es si están haciendo el trabajo por el que les pagamos con nuestros impuestos.

Ante la crisis más grave en décadas que azota al mundo, y que arroja un saldo de casi un millón de parados en Andalucía y miles de empresas cerradas, urge un acuerdo de mínimos entre los partidos políticos para salir cuanto antes y en las mejores condiciones posibles de la crisis.

Hay un clamor popular para que los políticos centren su atención en lo realmente importante: el paro. Pero no parece que lo estén cumpliendo, al menos no todos. No es extraño por tanto que los ciudadanos sientan que "el problema que personalmente les afecta más" sea "la clase política y los partidos políticos" (encuesta del CIS).

Este problema sólo es superado en la percepción de los españoles por el desempleo y la situación económica. Por detrás están asuntos de tanta gravedad como el terrorismo etarra, la inmigración, la seguridad y la vivienda.

El tema es grave. Después de 40 años de dictadura y solo 30 de democracia, se corre el riesgo de que la ciudadanía renuncie a interesarse por la cosa pública. Y una sociedad apolítica es la antesala de una sociedad anestesiada, fácil presa de caudillos y advenedizos.

Pero mientras el ciudadano siente cómo la economía mina su ánimo y su cuenta corriente, los políticos siguen en la permanente dialéctica del y tú más.

En Andalucía dos son los partidos con posibilidades reales de formar gobierno: socialistas y populares. Ellos son quienes deben, excepcionalmente, acordar medidas para salir de la crisis. Pero, como les acaba de recordar el líder de la tercera fuerza política, Diego Valderas, coordinador general de Izquierda Unida (IU), a propósito de la renovación de la Cámara de Cuentas, los líderes de esos dos partidos son "incapaces" de centrarse en lo fundamental, ocupados "en sus intereses exclusivamente electorales". Para Valderas, "tienen la cabeza puesta en las elecciones de 2012 y poco les importa lo cotidiano".

Lo cotidiano este año que comienza seguirá siendo el pan y el trabajo. Los empresarios andaluces acaban de presentar su quinto Barómetro de la Percepción Económica. Un 70% cree que un pacto entre los grandes partidos tendría una influencia positiva en la crisis. El 49% de los ciudadanos de a pie piensa lo mismo. Pero sólo un 5% y un 6% respectivamente creen que ese acuerdo será posible tal como están actuando los grandes partidos.

Los socialistas han perdido un tiempo valioso en batallitas como el desajuste último en lo que había sido una transición ejemplar en la presidencia de la Junta. Como pierden el tiempo dándole vueltas a cuándo debe irse Monteseirín de la alcaldía de Sevilla.

Los populares, mientras tengan a Javier Arenas a la cabeza, seguirán jugando al oportunismo político, en busca del titular del día.

Sólo así se entiende la memez de plantear en el Parlamento andaluz un apoyo a la fiesta taurina, que en absoluto ha sido atacada en esta tierra. Sólo en aras de ese oportunismo se entiende que Arenas pida en Almería "un pacto político y social contra la crisis y por el empleo", cuando los presidentes populares rechazaron el acuerdo que les ofreció Zapatero en la cumbre de presidentes celebrada un par de semanas antes. Un pacto que incluía nada menos que el 80% de las propuestas del PP. Por cierto: fueron Arenas y Montoro los impulsores de ese rechazo.

Por ello, nos tememos lo peor. Que el año nuevo nos suene a viejo. En todo caso, Feliz Año Amargo

ROMÁN OROZCO