Aunque el plazo parece corto para resolver todos esos puntos, la consejera de Obras Públicas expresó su convencimiento en que será posible y en que este nuevo método funcione, al cerrar la posibilidad de cambios en el proyecto una vez que este reciba la luz verde definitiva.
Una comisión técnica Junta-Ayuntamiento estudiará los desvíos y otras medidas de tráfico para minimizar el impacto de las obras. Sólo cuando se cierren todos los acuerdos correspondientes a los ocho proyectos constructivos en los que se divide este ramal, se aprobará de forma conjunta el proyecto final y podrán comenzar las obras.
Cambios en el proyecto
Concepción Gutiérrez justificó el nuevo sistema: «Analizando el desarrollo de los trabajos de la línea 2 hay un defecto que hemos apreciado. Son los sistemas de autorización de tráfico (que concede el Ayuntamiento), y cambios en el proyecto que han llevado a su dilación».
Por ello, la Junta exigirá a la concesionaria del metro que aporte los desvíos de tráfico junto con los proyectos de la línea 1 y que los negocie con el Ayuntamiento. «De este modo, tendremos un calendario y compromisos de ejecución», añadió la consejera, que destacó que con este sistema no habrá resquicios para que un hipotético retraso sea imputable a las administraciones públicas. Cabe recordar que el contrato de concesión establece fuertes multas para las constructoras en caso de demora en los plazos.
Preguntada sobre la marcha de las negociaciones con la concesionaria, que ha planteado cambios respecto al anteproyecto de la línea 1 que duplicarían el presupuesto original de las dos primeras líneas (403 millones), Gutiérrez no quiso desvelar en qué grado aumentará finalmente el coste. «La negociación con la concesionaria está íntimamente relacionada con la solución de Renfe, para mejorar la intermodalidad del metro y el tren. Todo aquello que sirva para mejorar la seguridad de la línea está aceptado, el resto no», sentenció la consejera, que explicó que fue la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, la que propuso que se pudiera entrar al metro desde la estación de trenes. «Eso no es una desviación, sino órdenes dadas por la Junta que encarecerán el proyecto, pero merecen la pena», abundó Gutiérrez respecto a la llamada »solución Bustinduy».
La consejera también expresó su satisfacción por haber encarrilado las relaciones con el Ayuntamiento y con la concesionaria. «En julio, tras un año y medio de redacción, la Junta recibió los seis proyectos de la línea 1, que estamos analizando en profundidad, y respecto a los cuales ya hay un acuerdo básico que esperamos cerrar definitivamente en octubre», concluyó.
Tras la reunión de la comisión de seguimiento Junta-Ayuntamiento, compareció ante los periodistas el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. El regidor explicó que la idea de esta comisión técnica surgió del Consistorio, y mostró su confianza en que este órgano permita «avanzar de forma conjunta, como debe de ser», recalcó. «Los técnicos de la Junta, el Ayuntamiento y la concesionaria serán capaces de llegar a acuerdos y después sólo tendrá que producirse la sanción política de los mismos», dijo De la Torre, que se refirió sólo de pasada a los problemas entre la Junta y la concesionaria Metro de Málaga respecto al trazado, los métodos constructivos y otros aspectos básicos de la línea 1: «Entre los tramos que quedan por hacer hay algunos muy complejos como el paso de la Ronda Oeste, Juan XXIII, el tramo entre la plaza de toros y la plaza Manuel Alcántara, por eso es fundamental que haya la máxima colaboración».