“¿Qué nos sucedió? ¿Por qué una sociedad de joven democracia se fue convirtiendo en esta variación de la infamia?. . .Quisimos pasarnos de listos, consagramos la transgresión a las reglas. Y bajo esa coartada diletante y oportunista, fuimos poco a poco violando las leyes, desdeñando las normas, dudando de los hechos y las cifras, debilitando las instituciones, institucionalizando la excepción, dinamitando lo correcto, desafiando la lógica, perdonando el delirio y la falta de escrúpulos, y naturalizando la desmesura y la aberración.” Jorge Fernández columnista de la Nación, de Argentina, con el cadáver del fiscal Nisman aún caliente.
Terminando por hablar de la anestesia que permite a los gobernantes casi cualquier cosa.
¿Nos acordamos de cuando nuestros jóvenes querían ser . . .Mario Conde?
¿Nos acordamos de cuando los corruptos facinerosos de ahora renovaron sus mayorías absolutas hasta la hediondez?
¿Nos acordamos de que hace muy poco un venerable revolucionario francés, el filósofo Stéphane Hessel, cuando nos invitó a indignarnos?
¿Nos acordamos de cuanto nos han ido recortando, quitando. . .hasta dejarnos en la resignación más servil?
. . .
Ahora que van haciéndose hueco distintos mantras sobre el monotema que han de hundir, más antes que después, insistiendo sobre “la bisoñez” sobre los movimientos contestarios, rebeldes, indignados contra la situación política que nos va devastando, para pasar enseguida al siguiente mantra de que “no se sabe qué proponen”, . . . y nos estamos refiriendo a Podemos, asaeteado de las mismas preguntas, repetidas, iguales, inducidas, . . . como si de repente nos viésemos abocados a. . . aquello que parece no se exige al resto. . . del stablishment atrincherado, tan “sobrados de sí mismos”, con sus estabilidades por estandarte.
Cuando resulta que “nos la han dado con queso”, traicionando las promesas más ostentosamente presentadas para ser, a continuación, incumplidas con el mayor desaire. . . mientras ahora todo es palparse “la conciencia” hacia los “nuevos” que vienen arremetiendo con su rabia, su indignación, su alternativa que “pide, reclama” la intervención, la participación ciudadana, a riesgo de equivocarse, a riesgo de perderse incluso en la selva de los vericuetos . . . del sistema.
Porque cuando hablan, los bisoños, de la renta básica, el personal se toca los bolsillos por si las cremalleras están cerradas y se pregunta . . .”si han hecho ya las cuentas”, mientras dispersamos la cuestión . . .preguntando “si tienen programa o no”, cuando resulta que los aguaceros de los incumplimientos de “los otros” nos tienen calados hasta . . .la “neumonía”.
Cuando resulta que todos nos movemos por el pálpito, tras el interés, sucio o noble, indecente o decente, como para que vuelvan a querernos, los de siempre, “tomarnos el pelo” y darnos el caramelo de las estabilidad. . . los desahogados que . . . “entre todos la mataron y ella solo se murió” . . . y tal vez podríamos estar hablando de la esperanza . . .tronchada por tanta impostura e impunidad.
Torre del Mar enero – 2.015