Retrato lapidario y racial, retrato de barra de taberna, burdo y miserable, con todos los complejos circulando por la masa de la sangre del principal edil, con el verbo estreñido y la lengua suelta, como para que le apetezca insultar de esa manera tan chabacana, tal vez o seguro porque encuentra eco entre la grey aplaudidora, misógina y machista, sin complejos, en aras de los rebuznos que les califique, por encima de la nobleza tozuda de los humildes jumentos, a los barandas recios y malhablados, ¡faltaría más!.
Desde la rotunda definición que, al cabo, termina por definir, valga la redundancia, a través de los regüeldos salidos de las cavernas a los autores impertérritos, calificando de “putas baratas y podemitas” a las féminas que osen ni ser propias ni coincidir con los dueños y ocurrentes paridores de los eructos orales . . . escritos en tuiter, pensados y excretados, por el gusto y regusto de injuriar, desde un cargo institucional en activo, desde la impotencia que debe dar la rabia de verse contrariado, cuando se es de los que “embisten antes de ponerse a pensar”.
Pero en fin, en algo tiene razón el ínclito alcalde de los exabruptos malsonantes y ruines, y es que el gran machote dice que no se va mientras no se lo pidan sus vecinos. Y efectivamente esa es “la razón” por la que el tal sujeto continúa en su puesto institucional, un señor que borbotea “insultos intolerables” a una oponente política, sin que aún “haya encontrado el teléfono de la agredida verbalmente” . . . a pesar de que el gran edil “está dispuesto a pedir disculpas”, y al efecto encargaba a cualquiera que se preste a facilitarle su número de teléfono por si la señora insultada desea ponerse en contacto con el alcalde y desee recibir las disculpas correspondientes, ¿?, como para uno siga alucinando de tanta barbarie rastrojera que quedará impune.
Mientras los del partido afín apenas saben hablar como tantos y tantos de “declaraciones desafortunadas”, cuando de todas todas son repugnantes e intolerables.
Y entretanto y de paso las “putas seguirán siendo putas”, “baratas porque ¡no valen ná!”, y “podemitas porque qué bien sienta hurgar y herir donde más daño se puede hacer”. . .
Para que uno deba seguir desayunándose a diario con tales tipos, a diario, y a arcada limpia.
Madrid julio – 2.015