Patrias chicas al calor del hogar, a cuentas de las posibilidades cuentas y sonantes del presupuesto familiar, para alumbrar y calentar, al rebufo de los ideales patrios de gran porte que nos tienen cogidos por las pelotas.
Patrias de andar por casa, con el paro haciendo estragos en el silencio trágico, en el rincón de la alcoba, en la desesperación de la impotencia haciendo estragos.
Patrias de relumbrón, por otro lado, con una deuda nacional insoportable e impagable, aplicados todos los mindundis de la clase de tropa a hacerse cargo, para empezar y no terminar, de los intereses estratosféricos de la deuda que asfixia sin remedio.
Patrias chicas, de heroicidades pequeñitas y cotidianas, calladas supervivientes, de hacer cola hasta la desesperación. Patrias grandes enaltecidas por las soflamas y los rebatos a zafarrancho de combate por la bandera, por la nación, por la entelequi8a de los más desvergonzados.
Patrias chicas de apretarse los machos y tirar hacia adelante como sea, con lo poco que dé para seguir de frente, prietas las filas y los dientes por no rendirse.
Patrias grandes, tumefactas y heridas de orgullo patrio, ahítas de corrupción por todo lo alto, pasando página, de pie frente al lema que nos enerve, con la presunción de inocencia en el medallero de los prebostes que claman por la patria, por su patria, por su caradura indesmallable, haciendo mutis hasta que pare el chaparrón. . .
Patria chica con una tasa más que hunda la economía parca y casera de los más indefensos, por el sacrificio hasta la extenuación más absoluta.
Patria grande de paraíso fiscal intocable, peñón y ara de los grandes chollos blanqueados, patria de los nobles chorizos, sin nombre y apellidos, con rostros duros como el hormigón y corazones gélidos como la hiel, en medio de la nueva Europa de las patrias chicas que se entretienen y juegan al escondite mentiroso de los parias pagando la factura . . . que les haga gritar . . .¡Gibraltar español!. . . ¡Gibraltar inglés!. . . .sin que nadie ose tocar el paraíso de los canallas que velan por la ciudadanía huérfana de una patria digna y decente.
Patrias en almoneda, patrias comunes de la gran patria que es el rédito del negocio redondo, que no declara, que no cotiza, que desvanezca más de 80.000 millones de euros que debieran haber sido declarados a la Hacienda que, nos dijeron, éramos todos.
Patrias mentirosas bajo palio de los adalides que hacen el trabajo sucio con el ardor guerrero de los mejores . . . esbirros.
Torre del Mar 11 – agosto – 2.013