No sé cómo van a desencadenarse los acontecimientos en los próximos días, pero habrá que estar atentos porque, a pesar de la relajación que imponen las altas temperaturas en esta estación del año, las consecuencias de las últimas revelaciones no tardarán en traducirse en reacciones previsibles: manifestaciones, moción de censura, irritación generalizada…
Es una pena que este huracán que se aproxima coja a la ciudadanía totalmente desarmada y con una izquierda tan desacreditada y desecha por méritos propios. Tal vez haya que hacer excepciones para ser justos, tal vez. Pero lo que parece evidente es que hay partidos de los que dicen defender a los mas necesitados que deberían sencillamente desaparecer, hundirse, y de los restos del naufragio, si los hubiere, tratar de recomponer quizás bajo otras siglas, la esperanza de tantas y tantas personas hambrientas de honestidad y de sentido común a la hora de ordenar un Estado que, como el nuestro, se descompone por instantes.