de esos fondos que hemos ido “recaudando”, vía IVA, via declaración de la Renta, . . . vía peajes de ida y vuelta según nos los han ido aplicando los perillanes, los golfos . . . que fueron robando, lo mismo de los fondos para los cursos de formación de trabajadores en Andalucía, que en compinchadas intolerables e impresentables en Valencia y en Madrid entre los empresarios que pagaban las mordidas y los políticos que “exigían” esas mordidas excesivas, pasando por los “molt honorables”, la familia catalana muy patriota y muy nacionalista, de al 3% . . . y suma y sigue . . . hasta llegar a los 30.000 millones de euros “no recaudados”, camuflados, escamoteados, por quienes se ríen y roban , disimulan y mienten, se descojonan y amontonan dinero fuera de las fronteras que erigen de vallas erizadas de cuchillas, se agrupan, se solapan, se comprenden . . . y van confiando en sus papás, en sus asesores, practican el tancredismo y observan la ignorancia supina en todo que . . . les pueda comprometer, después de haberse apoderado de lo que era “de todos”, nuestro, y se lo han ido comiendo, bebiendo, jugando, gozando con volquetes de prostitutas de confianza, hasta la ordinariez más insultante.
Tal vez porque llegaron a creer y tal vez con razón que la ciudadanía no iba a creerse tamaña impostura, tamaña golfería, tamaña rapiña sistémica, estructural, indecente, insaciable, desde las entrañas podridas de los partidos viejos de este país puesto en pelota.
Y en esas estamos con gran parte de los políticos que fueron, que son, tras la estela de la mierda sobre la que pisaron sin sentir el hedor, ahora sobrevolando y prometiendo el futuro dando por ¿amortizados? . . . los fondos millonarios que ya no están a nuestro nombre, por ejemplo, en el fondo de pensiones que se ha ido reduciendo casi a la mitad, sacando pecjo y eslóganes, porque cuentan que nada va a computar ¿o sí?, porque también ¿somos incompetentes, inmorales, . . . ? como ellos, envidiosos de quienes han ido esquilmando este país hasta la impudicia . . . porque han contado ¿con nuestro silencio, con nuestra complicidad, con nuestra complacencia culpable y dolosa . . .? . . . para que nos vayamos todos por el sumidero de la bancarrota disfrazada de “recuperación” mentirosa, irreal, como si viviéramos en el espejismo de la virtualidad que nos predican los secuaces, los compañeros de quienes tanto se querían, como amiguitos del alma, aceptando que hay menos que repartir sin habernos atrevido a señalar quienes tuvieron algo que ver y lo hicieron garrafal, lo hicieron compinchados con la amoralidad que va saliendo impune.
Y asusta, y da miedo, y nos vamos al carajo por haber callado, por habernos refugiado bajo el ala de quienes antes refugiaron , protegieron a los golfos, presuntos y muy inocentes, ¡por supuesto!. Que se lo llevaron crudo, a montones, a millones, sin intención de devolverlo, ¿o no?, mientras nosotros disimulamos que igual todo era muy virtual, como si no hubiera sucedido, como si no era nuestro dinero, el mismo que ahora falta en Sanidad, en Educación, en los fondos de las pensiones, en cobertura social, en atención a los prados, en Seguridad Social, en infraestructuras . . . y seguimos ¿tan campantes?, burlados, birlados y “meados encima” . . . ¿por cobardes?, ahora en que confían en seguir ocupando los chiringos del poder.
Madrid junio – 2.016