Por responsabilidad, si acaso, debería o bien dimitir el actual presidente del gobierno y que, en tal supuesto, sea otro u otros quienes hagan ese tipo de política; un socialista debería diferenciarse, en cuanto a los valores que defiende, de un señor que defiende valores contrarios, por ejemplo. Sin embargo, pase que el actual presidente no quiera dimitir, ¿pero y el partido que lo sustenta?, ¿dónde está?, ¿qué nos va a “vender” después de este desaguisado?, ¿cómo podrá mirar a los ojos de sus seguidores a partir del día 30? Bien está que desaparezca el máximo responsable en un horizonte próximo pero, ¿y los socialistas?, ¿por qué no se rebelan y ponen las cosas en su lugar? ¿Impotencia?, seguidismo ciego al líder?, ¿cambio colectivo de creencias? Si el pastor ha enloquecido o ha cambiado de modo de pensar, ¿necesariamente hay que seguirlo por su nueva senda?
¡Qué vergüenza!
Háganlo, al menos, por dignidad y respeto a lo que fuisteis.
Fdo.: Antonio Caparrós Vida