¿R A Í C E S C R I S T I A N A S?

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“Giro copernicano, prácticamente inexplicado, del gobierno de España que acepta sin discutir 17.000 refugiados tras poner el grito en el cielo por 4.000 hace tres meses. Bienvenidos a la solidaridad ¿sentida, sincera?.

 

                                                “Europa: valores y derecho:”

                                                “Por una vez marcan la agenda política los ciudadanos decentes”. “Sin la presión de la calle y sin la actitud decidida de Alemania y Francia nada se hubiera movido tanto”.

 

                                                “Los últimos serán los primeros”. Según se cuenta en la parábola de la Viña del señor, “éste paga un denario, de acuerdo con lo apalabrado, a quienes han trabajado durante toda la jornada, lo mismo que a los incorporados al final del día”.

 

                                                Contaba Woody Guthrie en su autobiografía, “padre de los cantautores y folkloristas estadounidenses”, que recorrió su país, armado de su guitarra y sus canciones, que cuando acuciaba el hambre era más fácil encontrar ayuda en los barrios pobres que en los ricos.  

                                                El papa Francisco habla de “la misericordia” cuando habla de las directrices que invita a observar sobre el trato y consideración que deben recibir: divorciados cristianos, mujeres que hayan practicado aborto, católicos que aspiren a la nulidad de sus matrimonios. Entretanto el obispo de Alcalá de Henares dice que “el feminismo es otro paso en la deconstrucción de la persona”. Y se queda tan tranquilo atenazando ¿sus raíces cristianas?.

                                                Creo no equivocarme cuando afirmo que el principal mandamiento de la fe cristiana y católica es “el amor a tu prójimo como a ti mismo”. Del mismo modo me acuerdo que los orates de esa misma fe predican sobre lo de “Todos somos hijos de dios”: ¿Sin categorías?, ¡sin categorías!.

                                                Recuerdo, por cierto, unas declaraciones de nuestro flamante presidente de gobierno, que dirige, de paso, un partido eminentemente de “raíces cristianas” y que decían lo siguiente: “La igualdad implica siempre despotismo y la desigualdad es el fruto de la libertad. . . Frente a la envidia igualitaria sólo es posible la emulación jerárquica”.

                                                O sea que iguales pero un poco menos.

                                                Mientras como si de un espasmo repentino se tratara, ahora mismo, los gobiernos europeos, “con la que está cayendo” : dixit Rajoy muy críptico, con una ciudadanía adelantada a sus gobernantes, como cuando regateaban “las goteras”, según palabras del pío y católico ministro de Interior, para acoger a los refugiados, ¡bienvenidos!, sobretodo si algunos políticos “son obligados de alguna manera” a dar la cara al problema, aunque resulte que “siga sin tocar” hablar por ejemplo de “las concertinas de la valla de Melilla”, de “las devoluciones en caliente” y que además son ilegales. .  .pero parece que nuestro presidente aún no ha recibido “directrices superiores”. 

                                                Entretanto ya vamos olvidando el último eslogan del candidato García Albiol en su campaña hacia las elecciones municipales : “Limpiando Badalona”, de ¿gran raigambre cristiana?

                                                Puestos pues en el disparadero del rechazo y del olvido los inmigrantes que vienen, que huyen del hambre y la miseria.

                                                Sin que se nos olviden “las raíces cristianas” del amor y la misericordia que uno echaba en falta, en contra principalmente de tanta jerarquía atrincherada en sus ínfulas, privilegios y maldad consentida al abrigo de tantas y tantas “raíces cristianas” cortadas de cuajo. . . hace tanto.

                                                Porque el hambre y la exclusión arañan profundamente, hieren y aniquilan el mensaje primitivo . . . del “amor y la misericordia”, para los más desfavorecidos, sobretodo para quienes llegan tarde a la “Viña del señor”.

 

                                                Torre del Mar     septiembre – 2.015