ALFONSO VÁZQUEZ. MÁLAGA El dirigente vecinal examina a fondo los principales problemas de Málaga capital y los retos que tienen las asociaciones de vecinos.
–En esta última década, ¿las asociaciones de vecinos han ganado o perdido peso en Málaga?
–Creo que tenemos más peso, en el sentido de cuestionar y en algunos casos reconducir las políticas, sobre todo la municipales, las más cercanas al ciudadano. Al menos nuestra federación es más fuerte y tiene mejor sitio en la sociedad malagueña y salvo algunas críticas lógicas, Unidad es una organización social bastante respetada.
–La media de edad de los dirigentes vecinales sigue aumentando. ¿Por qué los jóvenes no cogen el relevo?
–Incorporaciones siempre hay, no tantas como quisiéramos. En todo caso creo que la juventud actual es muy comprometida con respecto a generaciones anteriores. Lo que ocurre es que las organizaciones vecinales tocan muchas cuestiones, desde el Urbanismo al Medio Ambiente, Cultura o las políticas sociales y a la juventud le gusta comprometerse con casos concretos.
–¿No corren el riesgo algunas asociaciones de vecinos de limitarse a ser asociaciones recreativas en lugar de reivindicar mejoras para sus barrios?
–El movimiento vecinal nace en los albores de la democracia y lucha por ella, además de por mejorar las condiciones de vida. Y es cierto que en algunas asociaciones de vecinos, lo que considero que es un complemento se ha convertido en lo principal.
–¿Las asociaciones y federaciones de vecinos están muy politizadas?
–Eso es falso. No son partidistas pero es bueno que estén politizadas. Yo considero que la acción política no tiene que estar reservada exclusivamente a quienes se dedican de forma exclusiva a la política. Hay muchos hombres y mujeres en esta ciudad que luchan por sus barrios y tienen que exigir a los que gobiernan, primero que puedan expresarse y luego el poder vincularse a una propuesta política concreta de ciudad o a otra que mejore las condiciones de vida. Y no tiene que ser el proyecto que presente un partido político concreto.
–Paradójicamente, la crisis ha provocado el aumento de obras en los barrios por la llegada del plan Zapatero, ¿están bien repartidas las actuaciones?
–Se tenía que haber contado más con las asociaciones vecinales que saben cuáles son los problemas de los barrios pero no estamos insatisfechos con los fondos del Gobierno central. Es una buenísima ayuda para las vacías arcas municipales. Pongo como ejemplo la construcción de una biblioteca pública en Pedregalejo, una pretensión de la asociación de vecinos de hace muchísimos años.
–¿Qué barrios o distritos de Málaga cree que están mejor y peor tratados?
–El Centro es el distrito que está mejor mimado pero me refiero a calle Larios y sus aledaños, porque en el mismo Centro hay zonas que se nos caen encima. También en el distrito Este están mejor cuidadas. La Caleta, El Limonar y Pedregalejo (algunas zonas, no todas). Ahí evidentemente no sólo se trata mejor sino que hay una ´ostentación´ para que la ciudadanía visualice que se está trabajando en ello, como esa máquina de la limpieza que sube un sábado a las 11 de la mañana por el Camino de Gibralfaro, que me causa risa y al mismo tiempo tristeza. Luego tenemos zonas donde hay verdaderas carencias como Las Delicias, algunas partes de Huelin y San Andrés en la Carretera de Cádiz. Y publicó La Opinión un artículo sobre El Tarajal en donde hay carencias de hasta pasos de cebra y donde las aceras no están en condiciones para pasear. Cuando eso se demanda por la asociación de vecinos se le trata con muchísima dureza y despreciando esa reivindicación.
–La asociación de vecinos de la Trinidad lleva años pidiendo un plan especial sobre el barrio. ¿Sería una buena solución?
–Son reivindicaciones históricas. Se acometió un plan de rehabilitación de la Trinidad que luego hemos visto que ha sido un fracaso. Las dos administraciones no han culminado con éxito la rehabilitación del barrio. Se han hecho muchísimas promociones con la colaboración de la Junta y el Ayuntamiento que al cabo de dos años da pena ver cómo están. También hay que achacarlo al uso que se hace de ellas. Es una de las zonas donde esa desafección por parte de las dos administraciones es palmaria.
–¿Las obras del metro han sido tan temibles para el comercio como se temía?
–Yo creo que no. En época de crisis afecta mucho más pero aquello que se decía de que iba a ser la ruina para el tejido empresarial de la Carretera de Cádiz no ha sido tanto. Además, es cierto que luego ganará con creces toda la zona de la Carretera de Cádiz y la Cruz de Humilladero.
–¿Como le gustaría ver la Carretera de Cádiz tras las obras, más peatonalizada?
–He conocido los dos proyectos. El que hacía la Junta de Andalucía me parecía perfectamente viable, ganando más espacio el peatón y perdiéndolo el automóvil. Era un proyecto de más envergadura en lo que se refiere a sostenibilidad. Ahora Héroe de Sostoa llevará un carril de servicio y otro de ida y vuelta que no estaba en el proyecto de la Junta. No obstante, creo que lo que nos enseñó el otro día el concejal Julio Andrade también es un proyecto sensato. Es un plan con no tantos espacios como el de la Junta pero en el que se ganan espacios muy interesantes. De cualquier forma tiene que ser negociado y consensuado con todas las asociaciones de vecinos de la zona. Julio Andrade así me lo prometió porque en algunas zonas hay incidencias importantes.
–¿Qué le parece la restricción del tráfico en el Centro Histórico?
–Tiene sus sombras y sus luces. Los centros tienen que ir a una peatonalización pero lo que es cierto es que Málaga carece de muchos aparcamientos y los parking municipales no son baratos. Además el Centro hay que cuidarlo con mimo, es frágil y no sólo hay que peatonalizarlo sino acompañarlo de un plan integral de recuperación que incluya más equipamientos. Todo el gasto del Ayuntamiento no puede focalizarse en el futuro museo Thyssen y alrededores y el resto del Centro dejarlo hecho unos zorros.
–¿Dónde debe ir el macrohospital?
–Nosotros fuimos la primera organización que habló del tercer hospital. Si Málaga precisa de una instalación hospitalaria de envergadura como es una ciudad sanitaria de solvencia tecnológica de primer nivel pensamos que de ir en el distrito Este, primero se solventarían la deficiencias hospitalarias del distrito Este y zonas aledañas y luego tendría sitio suficiente para ese macrohospital como los terrenos de la finca del Tinto o de Wittemberg. Son dos fincas perfectamente comunicadas. Luego habría que evaluar cómo funciona el resto de hospitales de Málaga. Creo que la Junta, cuando ha decidido que se construya en el Lagar de Oliveros se ha precipitado. La consejera tenía que haberse reunido con los colectivos sociales. Y ha sido torpe y mezquina la política municipal con el tercer hospital porque el Ayuntamiento se enganchó, al verlo rentable políticamente, al banderín del tercer hospital para hacer política contraria a la que planteaba la Junta.
–¿Están bien situados en el mapa los futuros rascacielos?
–Hay que tener en cuenta que mientras más alto construyas, más caro sale y hay que hacer edificios de muchísima calidad que darán lugar a edificios carísimos. Habrá que analizar si el tejido productivo malagueño se lo puede permitir porque no creo que sean viviendas para habitarlas familias, sino para oficinas y las empresas con gran solvencia ya están en el PTA. Creo que el Ayuntamiento lo que debería es potenciar el PTA y dejarse de aventuras de rascacielos a no ser que haya análisis serios. Lo que no puede ser es mirar el mapa de Málaga y considerar que en la Térmica y Martiricos sería bonito y que donde se les prometió a los malagueños poner un parque también lo sería.
–No habrá chalés en Arraijanal ni al norte de las rondas, ¿la Junta frena el desarrollo de Málaga?
–En absoluto. El alcalde desea tener un espacio donde acusar a la Junta, creo que es una política equivocada que le da réditos electorales. Hay informes y declaraciones de la Junta (y el Ayuntamiento los conocía) en las que se desaconsejaba construir al norte de las rondas y en Arraijanal.
–Si las autonomías ceden competencias y dineros, ¿disminuirá en la provincia la figura del alcalde-promotor?
–Recuerdo que en el año 97 Unidad ya requería de las administraciones públicas más financiación para los ayuntamientos. Pero creo que la figura del alcalde-promotor muchas veces está ligada a la codicia humana y no a la falta de financiación. Algunos alcaldes de la provincia, y aquí no se libra ningún partido, se han enriquecido de forma e ilegal.
–¿Qué le parece la supresión del botellón?
–La ley del botellón obliga a que los ayuntamientos adecuen unos lugares. El quitarlo del Paseo de los Curas conllevaba buscarle otro sitio. La supresión supone ya microbotellones por la ciudad, algo que me parece peor que lo anterior.
–¿Málaga tiene posibilidades para ser capital cultural de Europa en 2016?
–El proyecto que el Ayuntamiento concibe no es participativo y no se sabe qué va a pasar. He oído decir al delegado de Cultura que no quiere dar a conocer el proyecto porque se lo van a copiar y me parece una barbaridad. Que las cosas van mal está clarísimo. Hay otras ciudades como Cáceres que me consta que están trabajando bien con la implicación de colectivos sociales y empresariales. Como pasa con Madrid 2016 por la buenísima gestión que está haciendo el alcalde de Madrid. Por contra, el alcalde de Málaga está haciendo una pésima gestión con la capitalidad cultural. Esa es la diferencia.
Fuente. La opinión de Málaga