Durante el mes de marzo, la Federación de Asociaciones de Vecinos organizó una serie de actividades que han tenido como motivo central, la celebración del día del Ciudadano. Nosotros preferimos llamarle día del Vecino que hace unas referencias a las personas de a pie que viven en los barrios, esos espacios geográficos y humanos abandonados e ignorados por la lingiiistica grandilocuente de la Ciudad.

Se trataba con estos actos de rendir homenaje a un vecino o vecina de cada barrio que fuera significativo en la historia de la barriada por su trabajo desinteresado desde las AA. VV. La Asociación de Vecinos de El Palo eligió a una vecina de todos conocida Ascención Gómez.
Ya en otra ocasión le dedicamos unas cariñosas páginas en El Copo número 58 (junio del 86), Ascensión no es una vecina normal, es una persona de mayor entidad. Ella no necesitó nunca una gran formación para discernir entre lo bueno y lo malo, para optar siempre por el interés de los demás.
Desde el origen de la Asociación de Vecinos, en tiempos mucho más difíciles que ahora, ya habia optado por la defensa de los intereses de la barriada, y de ella por los intereses de los más necesitados y margi- nados. Serían incontables las horas de dedicación de Ascención a nuestro barrio en cada mejora conseguida para la barriada desde la Asociación de Vecinos, encontramos su granito de arena. Cuando nos paseamos por la barriada podemos alegrarnos de ver un Centro de Salud, o el Parque de Playa Virginia, o el Colegio Miguel Hernández, el Instituto, el solar para las viviendas de los vecinos del Corralón, árboles en los alcorques, la protección del Monte San Antón con 300.000 metros cuadrados públicos, el local social que hoy ocupa la Cruz Roja, los solares que hoy estan reservados en el Plan General para futuros equipamientos. El paseo marítimo de El Palo, el Plan de urbanización de las Cuevas, el agua y alcantarillado de muchas calles, etc… En todas estas cosas se dejó Ascención parte de su vida, en todas ellas colaboró sin más interés que el de sentirse solidaria con los demás.
Pero todo esto, no define más que en parte la calidad humana de Ascención. Ella es una de las pocas personas de más de 60 añós que ha sido capaz de conectar con la capa de la juventud más marginada de esta sociedad. Si ya es dificil que una persona de esa edad conecte con la juventud, doblemente dificil es que sea respetada por los jovenes que estan más cerca de la delincuencia y las drogas que de ese espacio social digno que la sociedad no les ha dado la oportunidad de tener.

Asi piensa Ascención de ellos y a pesar de los problemas que encierra este tipo de relación, es respetada y admirada por muchos de ellos porque ha sido sincera, comprensiva y solidaria, ha sido capaz de darle lo que la sociedad les ha negado. Los que convivimos con ella sabemos realmente la calidad humana, la capacidad de entrega, la solidaridad que es capaz de desahogar esa persona con su eterna sonrisa, su voz quebrada y cuerpo ligero que a diario pasea por nuestro barrio con su pequeño perro que hoy es su mejor compañero.
Del Ayuntamiento y de la Federación de AA. VV. Recibió Ascención una bandejita y una escultura como símbolo de homenaje. La Primera reacción de Ascención fue donarlos a la A.VV. de El Palo: «Esto perte- nece a la A.VV,» dijo al entregarlos, A veces uno hecha en falta la capacidad de un buen escritor para poder escribir con palabras todo lo que sentimos por una persona. Esta es una de esas veces. Aunque pobre este es nuestro homenaje a nuestra vecina, Ascención.