A comienzos del verano, el departamento municipal de Parques y Jardines taló tres ejemplares porque estaban en mal estado, así que esta vía, que llegó a estar cuajada de estos árboles se quedó compuesta y sin novio, con sólo tres robinias aguantando el chaparrón (y para colmo, sin llover en meses).
Quienes conozcan este árbol sabrán de su belleza. En primavera nos regalan un racimo de flores blancas, en contraste con su tronco negro y nudoso, que parecen cera al tacto y que los niños antiguamente comían con delectación (a algunos las flores les saben a queso).
El panorama empeoró este otoño porque el Ayuntamiento colocó en el hueco dejado por el trío de las también llamadas acacias de flor blanca varias farolas, cerrando la oportunidad de replantar más ejemplares.
Pero ahora, por boca del responsable de Parques y Jardines, Javier Gutiérrez del Álamo, hemos sabido que el Ayuntamiento ampliará la acera para colocar más robinias, así que, aunque se trate de una modesta noticia botánica, algo compensará al lector que, tal día como hoy, seguramente leerá la consabida información sobre lo mal que va la economía o sobre las soflamas patrióticas al otro lado del Ebro (dos temas polémicos pero bastante cansinos).
Si la intención de nuestro Consistorio es mejorar el triste panorama de un vergel venido a menos, aquí van las felicitaciones de este firmante. Dentro del gris panorama que nos rodea, regalemos belleza la próxima primavera