Sentido de Estado en cada avatar mínimo, cálido y humano, desde la confianza hasta la desesperación, en un sin vivir que se sobrellevará con la cautela del imprudente. . . por verse impelido a dar cuanto se le requiera, porque no hay cabida para el renuncio, el miedo, la duda.
Porque es muy fácil echarse en manos del azar impredecible, sabiendo que “la obligación es antes que la devoción”, como a menudo nos lo han recordado, cuando resulta que es fácil acudir a la tarea diaria sin sobresaltos, aunque uno ya no sepa cuál es su deber por cumplir.
Sentido de Estado en el anonimato de la multitud que avanza y que se repite sin llegar a ser la misma, ella, la multitud, tan igual y tan distinta, repitiendo comportamientos tan reconocibles como cambiantes, en la marea que va trasladando los restos del naufragio diario “en un viaje a ninguna parte”.
Sentido de Estado en los comportamientos heroicos y anodinos, por propios e íntimos, desde la decisión del cartero rural que ha pedido su tiempo reglamentario vacacional para acudir a la Marcha por la Dignidad, durante 22 días de marcha por los caminos de su tierra, de su patria, de España, porque necesita sentirse digno y patriota, decente e imprescindible en la construcción de la utopía de a diario que es la realidad de a pie.
Sentido de Estado en el esfuerzo generoso y baldío, demasiadas veces, tan poco rentable que se torna humano y fértil, feraz y necesario para que aún persista la esperanza, en el campo yeco de la codicia insensible y altiva, contra la inercia de quienes no se rinden, ni contemplan la posibilidad de echarse a un lado, contra la apisonadora de los miserables que se inventan las “oportunas mentiras”, la mendaz y rampante desvergüenza de seguir en el machito de su poder que hiede y corrompe, ahora que “nos prometen” la bajada de impuestos generalizada y a partir del uno de enero del próximo año, según Montoro y su desfachatez impostada, porque ya habrán de ir preparando su permanencia en el poder, para entonces, a finales del 2.015, en nombre de sus amos y señores, al dictado de la política de la desigualdad y el fanatismo que atemorice y oscurezca el amanecer de quienes suspiran por volver a intentarlo, una y un millón de veces más, por la palabra y el derecho, por la dignidad y la justicia, por la solidaridad y la igualdad, por la libertad de ser quienes soñamos ser. . .fraternales y decentes. . .hasta el envite que nos ennoblezca a todos, a quienes vamos caminando directos hacia la gloria de sentirnos libres e iguales, contra quienes saben que mienten y especulan, mienten y explotan, mienten y prometen la chocolatina inyectada de doblegada rendición ante los poderosos. . .que vuelven a mentir y prometen . . . que bajarán los impuestos. . . cuando ya el Estado del bienestar haya pasado a formar parte de un pretérito que nos negaron, . . .cuando aún estamos a tiempo de reivindicar nuestros derecho. . . ¡por dignidad!
Torre del Mar 27 – marzo – 2.014