SOBRE EL ESFUERZO

  • Categoría de la entrada:Opinión

Recuerdo a mi padre, herido ya por el rayo de la muerte que le acechaba, una mañana, cuando el dolor letal le asediaba y la rendición última asomaba al final del trayecto, con todas sus escasas fuerzas para levantarse un nuevo día y afrontarlo, cuando tuvo la tentación de dejarse llevar; y recuerdo cómo entre mi madre y yo le acercamos al baño para que se aseara, como siempre había hecho, cuando mi padre ya no quería hacerlo, porque ya "no podía con su alma", cuando recuerdo muy bien que entonces mi madre fue inflexible y le dijo, a su marido, a su pareja, a su compañero de más de cincuenta años juntos, que: "¡Cómo no iba a asearse él, que siempre había sido tan limpio y nunca había dejado de hacerlo", chapuscando sobre el lavabo hasta dejarlo todo perdido, tras haberse rasurado con la cuchilla de costumbre.

Y entonces mi padre, sacando fuerzas de su debilidad extrema, delante de su compañera y de su hijo, no se rindió, y fue poco a poco aseándose él solo, muy despacito, con gestos de dolor, muy digno de sí mismo, bravo y cuajado como siempre lo fue, un referente para su familia.

Y su esfuerzo sobreponiéndose al dolor fue una impactante lección para mí que veía cómo mi padre se esforzaba sin rendirse.

Mientras sigue no estando muy de moda eso del esfuerzo, con nuestros pequeños en estado de sobreprotección, para evitarles cualquier contratiempo incómodo.

Porque no se valora el esfuerzo, la capacidad de sobreponerse, la voluntad de levantarse tras cada caída.

Sin ningún glamur que aportar al esfuerzo, por nuestra propia autoestima y la de nuestros infantes, malcríados, caprichosos y tiranos en ciernes.

Para un futuro insoportable de pequeños tiranuelos que pretenderán hacer de su capa un sayo, tan desvalidos sin embargo, tan devastados por su feble naturaleza, acostumbrados desde pequeños al auxilio de quienes siempre acudieron a librar a los pequeños vástagos que creen salirse con la suya, una y mil veces, hasta que logren convertirse en indeseables . . . cuando sean mayores.

 

Torre del Mar noviembre – 2.016