La policía ha detectado a nivel nacional un considerable repunte de los robos con violencia en el interior de vehículos que se atribuye a los intentos de sustracción de GPS, PDA y otros aparatos electrónicos con los que están equipados los automóviles de las gamas media y alta. Aunque Málaga escapa por ahora de esta tendencia, fuentes policiales aseguraron que al igual que en los 80 se disparó el robo de radiocassetes ahora el principal objetivo de los delincuentes comunes son los aparatos de tecnología punta, a los que se da rápida salida en el mercado negro.
Tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil han detectado además bandas de origen rumano y búlgaro, dedicadas principalmente al robo en viviendas, que también se han especializado en el robo de garajes comunitarios. Fuentes policiales explicaron que se trata de grupos que residen en grandes ciudades que se desplazan a otras de menor tamaño para operar de forma hiperactiva en un sector durante unos días y huir del lugar antes de que la policía pueda llegar a identificarles.
Estos grupos actúan de manera coordinada. Así, mientras unos componentes de la banda se dedican a realizar labores previas de observación sobre los objetivos seleccionados, otro grupo se encargan de perpetrar materialmente los asaltaos. Un tercer estamento de la banda se dedica luego a darles salida en el mercado negro, bien mediante la venta directa en mercadillos, bien a través de peristas e incluso para su canje por droga. Además de teléfonos móviles, los objetos de deseo para estas bandas son los navegadores GPS, PDA,reproductores DVD para el automóvil, cámaras de vídeo o fotográficas, reproductores de MP3, Ipods, etc.
La forma de actuar de estos grupos es simple. Basta colocar un palo o una barra metálica en la puerta del garaje, después de que salga uno de los vecinos, para bloquearla y entrar. En una primera visita sólo roban uno de los mandos del garaje. Luego, vuelven por la noche, entre las tres y las cuatro de la madrugada, cuando todos los vecinos duermen, y roban en todos los vehículos que crean que pueden encontrar aparatos electrónicos.
Cuando se detecta el robo del mando, evitar el segundo es simple. Basta con cambiar la clave de los dispositivos pero, según las citadas fuentes, las comunidades no suelen hacerlo por el engorro que supone. M.A.R. Málaga
LA OPINION DE MALAGA