Todo ello en 28 días bien aprovechados, sí señor. Pero no todo son números, y si nos ponemos, tampoco se trata de dar nombres ni de ir tachando casillas. Con que un espectador que no es de los habituales al género se acerque a un concierto cualquiera y descubra algo que le haga ver que en realidad el flamenco es algo que no se puede explicar si no se ve, se escucha y se siente, esta nueva edición de Suma Flamenca tendrá bien ganado su derecho. Y oportunidades hay de sobra para que eso suceda. También para que los ya vencidos y convencidos tengan oportunidad de sentir que no lo han visto ni escuchado todo. Atentos que hay mucho que contar, cantar, tocar y taconear.
Letra grande y letra pequeña
Y no se trata de buscar sólo entre los grandes nombres, que los hay – José Mercé, Arcángel, Antonio Canales o Pepe Habichuela, a quien va dedicado el festival, entre otros muchos– sino de otros que no son tan conocidos fuera del ambiente flamenco y sin embargo arrastran su leyenda. Es el caso de Rafael Riqueni ( Teatro de la Abadía, X 24), un tocaor tocado por los dioses, con una carrera que por mucho que acreciente su leyenda no le hace justicia. No se ha dejado el gran Riqueni ver en exceso por Madrid y, desde luego, merece la pena. Es una de esas perlas de la programación, de las que hay que bucear en el programa para no perdérsela y que, edición tras edición justifican, casi por sí solas, un festival como Suma.
Riqueni comenzó a dar qué hablar fuera de los círculos propios del género en un sello, Flamencos Accidentales, que creó allá a finales de los 80 Juan Verdú, director del festival, en el que también grababa Gerardo Núñez ( Círculo de Bellas Artes, S 27), otro tocaor excepcional que se presenta al frente de su Flamenco Ensamble. Verdú es responsable de una programación “para todos los públicos, para todas las sensibilidades”, que junto a artistas de altos vuelos y perfil –mediático– más bajo, como los citados, ha programado a inexcusables como los mentados Mercé o Arcángel.
Operaciones necesarias
Pero no es cuestión sólo de sumar nombres que sumen público, sino de multiplicar las posibilidades de sorpresa para los que ya les tengan por bien conocidos. Mercé ( Teatros del Canal, M 9) revisa la parte más pura de su recorrido en Íntimo y flamenco, con Manuel Parrilla secundándole a la guitarra. No es el Mercé, digamos, televisivo, pero sí el que puede hacer que el flamenco cale más hondo en quien no le haya escuchado aún en esta tesitura. Arcángel ( Teatros del Canal, J 11) estrena en Madrid Olor a tierra, otro espectáculo de introspección de sus raíces en el género, con un elenco que incluye dos tocaores de excepción, Miguel Ángel Cortés y Dani de Morón. A Pepe Habichuela le podremos escuchar al toque acompañando a Rocío Márquez en El niño: Andando por los campos marcheneros ( Teatros del Canal, J 11) y con su viejo compañero de travesías, Jorge Pardo, en el estreno de Toque (CBA, V 26).
Si uno quiere experimentar mientras los músicos también lo hacen en el escenario, ¿quién se atreve con ese invento de la bienal holandesa en el que tres músicos de jazz locales se lo montan con los flamencos de UHF? Pues a quien se atreva, le damos cita con Ultra High Flamenco (Teatros del Canal, D 21).
A lo loco
Tampoco hay que hacer planes si uno no quiere. Hemos dicho antes que había una veintena de locales ofreciendo conciertos cada noche durante mes y pico. ¡Cómo para que no surja una oportunidad! Las Carboneras, Cardamomo, Candela, el Café Chinitas… ¿O quién te dice que no te pasas por Alcalá de Henares el V 5 de y te encuentras un conciertazo de Silvia Pérez Cruz y Raül Fernández Miró, de quien tanto te han hablado y aún no has visto? Pues ¡ea, para adentro!, que hay cosas que no se piensan.
Más allá de los mencionados, todavía hay muchas más actuaciones que iremos desgranando en cada número de Guía del Ocio. Y pida usted, que el flamenco no se nos acaba. Incluso fuera del Suma hay conciertos que merece la pena ver. Sin ir más lejos, la gran Estrella Morente presenta Aurorretrato, el S 30 de mayo en el Teatro Mira de Pozuelo de Alarcón, y la no menos grande Mayte Martín estará la misma noche en el Teatro Auditorio Ciudad de Alcobendas. Suma dos flamencas más a la ya de por sí rica programación del Suma y te saldrán las cuentas.
Baile en el Fernán Gómez
Si ya eres un habitual del Suma quizás este año te toque dar un pasito más allá y acercarte a la otra gran veta del flamenco, la del baile, mucho más inexplorada por el gran público, que quizás se queda más con el cante. Y qué mejor que todo junto, ¿no? Por 75 € uno puede darse el gustazo de sacarse un abono del ciclo Flamenco Madrid, que se celebra entre el 3 y el 30 de junio en el teatro Fernán Gómez, y disfrutar del baile de Merche Esmeralda o Manuel Liñán y del cante de un grande como Vicente Soto o Montse Cortés. Un buen programa con mucho donde escoger y que, además, supone un buen muestreo del flamenco que se está haciendo en Madrid, bien por artistas locales, bien por los que han escogido nuestra ciudad como base de operaciones. Aparte de ello, el teatro de la plaza de Colón se presenta como un lugar en el que constantemente hay otras actividades que permiten ir casi sobre seguro para degustar lo mejor de un género en constante evolución. Si a esto le sumamos precios especiales para niños (12 €) y grupos, quien no se haga flamenco en Madrid es porque no quiere.
Arte y cine: No solo de conciertos vive el duende
En el Teatro Fernán Gómez hay buen número de actividades paralelas, desde clases magistrales para quien quiera profundizar a recitales para niños, pasando por la exposición Antonio Gades, 50 años de danza española. Y en la Cineteca del Matadero se proyectarán tres excelentes documentales, lo que constituye una oportunidad casi única para verlos en pantalla grande: Paco de Lucía, la búsqueda, El flamenco también es cosa de niños y Flamenco de raíz: Válgame Dios qué alegría tiene esta gente, qué fatigas tengo yo.