Toda las caras del flamenco

Es la entrada principal a un libro que acaba de publicar la editorial Rey Lear y que ha tardado seis años en gestarse, con 140 retratos literarios realizados al alimón por el periodista José María Goicoechea, actual jefe de prensa del Museo Thyssen Bornemisza de Madrid, y por el crítico musical José Manuel Gómez, Gufi. Las fotos muestran además la paciente labor de Jerónimo Navarrete, que se ha pasado los últimos 20 años fotografiando a los principales artistas del mundo flamenco.

«Jerónimo y Gómez son dos personas muy vinculadas al flamenco, yo soy un poco el impostor, me gusta mucho, escucho mucho pero soy más de disco y de recital de teatro; me falta un poco la experiencia directa», explica a La Opinión José María Goicoechea. Este periodista madrileño apostilla que suple esa impostura con las entrevistas que ha realizado en su profesión a grandes artistas como Manolo Sanlúcar, Carmen Linares o Moraíto, sin olvidar la decena de veces que ha visto a Miguel Poveda en directo.

Precisamente fue por estas estrellas por las que empezó a escribir los retratos literarios, muy alejados de una biografía convencional. «Hay mucho libro de ficha y de eso hemos querido huir», plantea.

Cantaores, tocaores, bailaores, palmeros… están todas las facetas del flamenco en este libro en el que no faltan artistas de la Málaga cantaora o relacionados con Málaga como Rocío Molina, Eva Durán, Fosforito, El Tiriri o Estrella Morente, esta última en una foto de 1995.

De Fosforito, merecedor de la Llave de Oro del Cante, José María Goicoechea resalta su cultura: «Me llamaba la atención esa forma tan precisa de expresarse, este hombre es un intelectual del flamenco, un mundo en el que hay tanta variedad, desde el que no sabe leer y escribir como Agujetas hasta gente como Fosforito».

Un retrato tierno, en el que se respira precariedad económica, es el que ha hecho del malagueño Gabriel de la Santísima Trinidad Campos Torres, El Tiriri. Además de investigar en hemerotecas, José María Goicoechea pudo ver un homenaje que al artista le ofreció un grupo de compañeros. «Él hablaba durante unos minutos y da una sensación de pena, de alguien que se está reivindicando y lo ha perdido todo», recuerda.

Y hay mucha admiración en el perfil de la joven bailaora de Vélez Rocío Molina que realiza José Manuel Gómez, quien entre otras cosas dice: «Siempre distinta, siempre reconocible. Experimenta con sonidos y texturas, con la piel y las piedras. Juega con siluetas pintadas de tiza y con la suya. Baila con los pies y con los nudillos y hace de cada movimiento que tenga armonía en lo viejo y en lo nuevo».

Para José María Goichoechea, ha sido el baile, la faceta del flamenco que menos conocía, la que más sorpresas le ha deparado, por eso confiesa que descubrir a grandes bailaores ha sido «una experiencia reveladora». También ha podido apreciar a los artistas viejos, de los que ha aprendido bastante. «Cuando me he puesto a escucharles, a buscar cosas de ellos, he descubierto ese flamenco antiguo que era más de jornalero del flamenco. Me han gustado mucho».

Camarón, Sara Baras, Rancapino, El Cabrero, Enrique Morente, Aurora Vargas, Paco de Lucía… el mejor flamenco de los últimos 20 años en Flamencos