«Salvo problemas técnicos derivados de la instalación del sistema por parte de Telefónica, el 27 de junio se dará el visto bueno para empezar con el proceso de la receta electrónica en Málaga capital», indicó a este periódico el presidente del Colegio de Farmacéuticos, Javier Tudela.
La dispensación de fármacos a través de ese método se llevó a cabo de forma piloto en Mollina. A finales del año pasado se puso en marcha en las farmacias de la barriada de Campanillas y ahora se extenderá al resto de boticas de la capital. A las 327 farmacias de la provincia, la Receta XXI llegará a finales del verano o principios del otoño, cuando estén equipadas tecnológicamente para ello.
La principal ventaja de la receta electrónica es que evitará a los usuarios muchos desplazamientos para pedir medicinas. Esta medida beneficiará sobre todo a los enfermos crónicos y a los que tengan que seguir un tratamiento de media o larga duración. Cada receta electrónica tiene un tope máximo de validez de un año, es decir, desde que el médico prescribe un tratamiento, el paciente puede estar renovando los medicamentos en la farmacia durante 365 días sin tener que volver a la consulta. El usuario podrá retirar sus medicamentos en la botica que elija libremente.
La Consejería de Salud estima que este método es un avance para los enfermos, sobre todo para los crónicos y para las personas mayores, ya que, una vez que el médico les ponga un tratamiento, no tendrán que regresar a los centros de salud a pedir más medicinas. Cuando se les acaben, sólo deberán acudir a la farmacia que quieran y allí, presentando su tarjeta sanitaria, se les entregarán los medicamentos prescritos por el facultativo.
Disminución de consultas
Otra ventaja de este sistema es que ahorrará un 20% de las consultas que ahora se producen en los centros de atención primaria, que es el porcentaje que se dedica a prescribir las medicinas que precisan las personas que siguen tratamientos de media y larga duración, que deben renovarse en varias ocasiones o, en el caso de los pacientes crónicos, mantenerse de por vida.
Cada enfermo tendrá una tarjeta que contará con un microchip. Será una especie de llave para que el médico pueda entrar en el programa de gestión de prescripciones y dispensaciones, situado en la isla de la Cartuja de Sevilla, y, tras consultar las historias clínica y farmacoterapéutica, fijar un diagnóstico y un tratamiento. El paciente irá a la farmacia que quiera, donde el boticario pasará esa tarjeta por un lector, verá las prescripciones hechas por el médico, anotará los medicamentos que dispensa y cerrará la conexión informática con el ordenador central, donde queda reflejado tanto lo recetado por el facultativo como lo dispensado por las farmacias.
«Una vez que el 27 de junio comience en la capital, el Colegio ha dado orden para que se proceda a la aplicación de la receta electrónica en todos los municipios la provincia, sin distinción de zonas, porque entendemos que debe funcionar cuanto antes, pero está claro que dependemos de la instalación de estas líneas en las farmacias. Nuestra idea es que durante el verano y el comienzo del otoño esté implantado el sistema», dijo Tudela.
DIARIO SUR