La nave ha parado motores, no tiene donde ir, la derrota se ha abandonado a las veleidades del viento si está por soplar, si llega a amainar más o a arreciar.
Y se resiste en el puente de mando, sin intención de fijar rumbo, para qué, tras lo que cae a diario, aunque resulte que parezcan más estrellas fugaces que cargas de profundidad.
Y así se divisa un panorama más brumoso que diáfano. Sin que preocupe ni mucho ni poco a la tripulación al mando. Con el señor Rajoy enjabonado por los suyos, hasta el empalagamiento nauseabundo, aguardando que se venga a ocupar sus roles secundarios de oficialidad los buenos socialistas, los socialistas del orden y el establishment, suspirando por el acierto, aclamación mediante, de su mirlo blanco señalado por los próceres de arriba, en este caso mirla blanca, para ir a buscar su sitio también en el puente de mando, siquiera para justificar el esfuerzo disimulado del gran patrón y sus secuaces.
Porque todo se perdona, todo se sublima y amortiza, y el latrocinio solo se recuerda como algo muy lejano de unos cuantos tipos que ya no son de quienes eran. Mientras se intenta el arreglo mutuo de vuelta y fortalecimiento del bipartidismo inane y consentidor con la basura propia y digerible sin mayores aspavientos.
Disimulando ambos, PP y PSOE, ideologías algo encontradas, ideologías de las que hace tiempo ya se apearon, aferrados al poder de los propios y próximos. Para guardar la ropa aunque no haya necesidad de zambullirse.
Y de paso andan trayendo café y poniendo morritos, las chicas y los chicos del partido naranja, tan útil, cuando se le encargó que recogiera los votos que escapaban del PP
Y ya se puede asegurar que la Gran Coalición funciona, aunque algunos ya prefieren decir la Gran Estafa.
Y si no pregunten sobre el desastre del salvamento a Bankia y su bancarrota, hasta hacr de nuestra deuda nacional insoportable, más allá del 110%, en consonancia, a pachas, los del PP junto a los del PSOE, negando por ejemplo una comisión de investigación sobre el caso. Y estamos hablando de 250.000 millones de euros, sin debate parlamentario, rescatando a la Banca, bajo el discurso del miedo, como para que ahora se disimule que “se va a investigar a la cúpula del Banco de España”.
Pero sigue sin levantarse el aire, las máquinas están paradas y la calma chicha abrasa . . . las sentinas.
Donde la marinería ha estado revuelta, por hacerse con el timón y no sabían cómo. Aunque ahora parece que se han organizado y es la última esperanza, a pesar de la sentencia del pesebrero de la gestora socialista, segundo de su lideresa, un tal Jiménez, que ya ha bautizado al nuevo motín de la marinería con el sobrenombre del Pabloleninismo.
Porque urge no arrimarse a los pobres desgraciados, insolentes e impredecibles, no vaya a ser que tengan que unirse, por ejemplo, ¿para desplazar? . . . a los actuales barandas que mandan y manejan el cotarro sin molestarse mucho, aunque la nave no vaya a ningún lado . . . mientras no les señalen el rumbo a determinar.
Y así van las cosas, con el buque fantasma que cada vez se parece más a nuestro querido país, puesto en solfa si de lo que se trata es eso de seguir tragando el aire envenenado de la inación más acobardada.
Y entretanto, con el origen de una burbuja inmobiliaria y un fraude gigantesco financiero, la desigualdad avanza, la injusticia social se ha instalado y la desesperanza nos tiene en medio de la nada . . .
Torre del Mar febrero – 2.017