Uno de estos vecinos, Miguel Ángel Dueñas, que vive justo enfrente del estanque, en las casas ubicadas en la playa del Dedo, comenta que todos los veranos sucede lo mismo con la llegada del calor. «El agua está estancada, tiene un color oscuro y eso es un foco de larvas de mosquitos que se extienden por toda la zona y que se mete en las viviendas», dice. «Tengo un hijo pequeño de siete años que es alérgico y sufre una barbaridad con las picaduras de los mosquitos, hasta el punto de que lo tengo medicado de forma continua y lo he tenido que llevar al médico en muchas ocasiones», señala. Además comenta su temor de que se trate de mosquitos tigres, como los detectados en la desembocadura del Guadalhorce, lo que hace crecer aún más su preocupación. «El año pasado vaciaron el estanque, lo limpiaron y lo blanquearon, pero ya vuelve a estar sucio, y como el agua no circula, está estancada y es un foco importante de infección».
La asociación de vecinos Zona Popular de El Palo, Rafael Caparrós, ya denunció hace tiempo la remodelación efectuada por el Ayuntamiento en estos jardines en su momento y cuestionó que no se hubiera previsto una bomba para el reciclado permanente del agua, que estaba muy turbia y según este colectivo atraía a los mosquitos. El estanque tiene verdín y en su interior hay algunos peces, tortugas y ranas, muchos de los cuales han sido dejados allí por algunas personas. Un encargado del mantenimiento del parque suele reponer a diario el agua que por alguna fuga pierde el estanque, que no cuenta con depuradora.
Parque Infantil: excrementos de perros
En los mismos jardines se pueden observar excrementos de perros, incluso en la zona reservada como parque infantil. Una actitud totalmente reprochable que algunos vecinos consideran que se debía de frenar con multas y una mayor vigilancia.
Playa Virginia: grietas en un paso de cebra
Otro vecino de Playa Virginia se queja también de las irregularidades que presenta la calzada en aquella zona. «Es un peligro el estado actual de las calles por aquí. Pones un pie para cruzar de un lugar a otro y en la calzada no hay más que boquetes y grietas en los que puedes meter un pie y resultar lesionado», dice José Alonso, al tiempo que envía una fotografía, que aparece a la izquierda, en la que se pueden apreciar los desperfectos en la calzada a la altura de un paso de cebra allí ubicado, paso obligado para los peatones