De Mario Benedetti. Desde el Norte de la altivez y la soberbia heridas, por querer seguir siendo los primeros, crédulos y rendidos, de haber pasado de la ilusión vana e inútil, creyéndose tan poderosos, dueños del mundo que creyeron suyo . . . cuando se quedaron sin él, se quedaron sin apenas nada.
"Pero aquí abajo, abajo, el hambre disponible recurre al fruto amargo de lo que otros deciden, mientras el tiempo pasa y pasan los desfiles, y se hacen otras cosas queel norte no prohibe con su esperanza dura, el sur también existe".
Con la fuerza de Mario Benedetti, tan actualizado, tan vigente, el poeta del verso sencillo, de la palabra exacta, del sentimiento atrapado entre los desheredados de la riqueza que no se reparte, que tiene ya sus dueños contados, un uno por ciento apoderándose del noventa y nueve por ciento de la riqueza, al servicio de los poderosos del . . . norte.
"Con sus predicadores, sus gases que envenenan, su escuela de Chicago, sus dueños de la tierra, con sus trapos de lujo y su pobre osamenta, sus defensas gastadas, sus gastos de defensa, con sus gestas invasoras, el norte es el que ordena".
Desde las torres de oro y el sueldo del presidente de Iberdrola que gana 47.000 euros al día, mientras cinco millones de españoles no pueden gastar en energía, y una anciana muere porque las velas que utilizaba para iluminarse incendiAron su hogar. A la par que la Generalitat había ordenado que nadie se quedara sin energía en invierno, y el PP recurrió la medida y el Tribunal Constitucional le dio la razón, y los escualos del liberalismo invocan desaforadamente la libertad de empresa.
"Pero aquí abajo, abajo, cada uno en su escondite, hay hombres y mujeres que saben a qué asirse, aprovechando el sol y también los eclipses, apartando lo inútil y usando lo que sirve, con su fe veterana, el Sur también existe".
Desde la asunción de la pobreza para que dure, con los sueldos a la baja, del 2.008 hasta el momento actual, mientras los directivos de las grandes empresas han mejorado sus ingresos hasta un 34%.
"Con su corno francés y su academia sueca, su salsa americana y sus llaves inglesas, con todos sus misiles y sus enciclopedias, su guerra de galaxias y su saña opulenta, con todos sus laureles, el norte es el que ordena".
Sobre el abismo que hunde y hunde, más y más, en la desigualdad consagrada, la desigualdad asumida, bajo el paraguas de la resignación.
"Pero aquí abajo, abajo, cerca de las raíces es donde la memoria ningún recuerdo omite y hay quienes se desmueren, y hay quienes se desviven, y así entre todos logran lo que era un imposible, que todo el mundo sepa, que el Sur también existe".
A expensas de la esperanza remota porque "un mundo mejor sea posible".
Torre del Mar noviembre – 2.016