Los más antiguos del lugar aún recuerdan la importancia que tuvo el malagueño Emilio Prados y el resto de sus compañeros en la culturización de la barriada. Santiago González, uno de los artífices de la iniciativa, explica que visitaba el barrio cada semana para enseñar a leer a los hijos de los pescadores y que en más de una ocasión fue acompañado por algunos de sus colegas de las letras españolas.
Para reconocer este esfuerzo, en el tramo de paseo comprendido entre los arroyos Jaboneros y Gálica, se han instalado diez cerámicas con fragmentos de la obra de Alberti, Alexandre, Altolaguirre, Bergamín, Cernuda, García Lorca, Hinojosa, Moreno Villa, Concha Méndez Cuesta y Miguel Hernández. Además, en la parte más oriental se ha inaugurado una escultura en homenaje a Emilio Prados, obra del artista Andrés Montesano.
González recuerda que la petición para que se dedicara el paseo a la Generación del 27 se registró en 2010 con motivo del 50.º aniversario del fallecimiento de Emilio Prados, que se debía celebrar al año siguiente. Este vecino, que era entonces el presidente de la asociación vecinal, trató que se hiciera dicha distinción «para dar un valor cultural a un sitio tan transitado como este». Por ello, y aunque hayan pasado tres años desde aquella petición, se mostró encantado de la inauguración.
La escultura central está integrada por dos paneles unidos como si se tratara de un libro abierto. En un lado está la silueta de la proa de una jábega, y en la otra, el rostro de Emilio Prados. El autor de la obra, Andrés Montesano, explica que su intención era que a través de la jábega -que cuenta con una parte abierta- se viera el puerto deportivo de El Candado; y que por los ojos del poeta, que también están abiertos, «se viera el horizonte». El artista argentino afincado en Málaga ha realizado este trabajo de forma completamente altruista.
Al acto inaugural asistieron el concejal de Cultura, Damián Caneda, y la concejal del distrito Este, Carmen Casero, quienes felicitaron a los vecinos por el logro alcanzado y se congratularon de que El Palo también quiera sumarse al desarrollo cultural de la ciudad.
Por su parte, los vecinos se mostraron encantados por las cerámicas y destacaron su belleza. Rosa Guzmán, una vecina que se había acercado a ver las placas, dijo que «son muy bonitas y ponen en valor una zona que todavía debe mejorar un poco». Esta mujer espera que las mejoras «sirvan para atraer a más turistas cada día».