Un urgente diagnóstico para el PSOE

. Ni más ni menos que primarias abiertas, con participación de militantes y afectos que quisieran unirse al resurgimiento de una manera de hacer política distinta. Ya se sabe que pasó, en unas primarias a dos vueltas, seguidas con muchísimo interés, Hollande batió a sus rivales, en particular a Martine Aubry, inaugurando un nuevo periodo para la izquierda francesa, constituida en ejemplo a seguir por los europeos, azote de las recetas, se diría, que procedieran de Berlín. Era una cuestión de participación y de liderazgo, nos decían, tema resuelto. Esta semana misma, Chaves ha dicho en 8 Televisión que el problema del PSOE tenía tres letras: falta de liderazgo. Y me recordó a Séneca, otro andaluz: «no hay viento favorable a quien no sabe adónde va».Sigo. Hollande no ha sido capaz hasta ahora de demostrar que puede y quiere hacer una política distinta de la receta de la derecha revolucionaria en el poder en la UE. Medidas y más medidas, titubeo y más titubeos. Recordando a Touraine, Hollande habría reinventado otra vía, como la tercera, a saber, la manera de la izquierda de hacer políticas de derechas. El resultado fue rápidamente contestado por el electorado. Revolcón en las municipales. La reacción de Hollande, fue no cambiar, bueno sí, pero a más derecha. En lo económico y en el socorrido recurso a una de las bazas ajenas: autoridad y decisión, encarnado por Valls. A medio camino, rectificó Valls, pero poco. Resultado, batacazo en las europeas y auge de la extrema derecha. Increíble, los errores de identidad y discurso de la izquierda abriendo el camino a la extrema derecha. La quinta esencia de las primarias, Hollande, está situado en la gandinga del pelotón socialista en su valoración, solo un 3%, mientras su derrotada en primarias está en un 10%. Es más, el preferido para las presidenciales de 2017 es Valls, un socialista de perfiles difusos.El jefe de Estado francés, Hollande, ha estado inaugurando una exposición del gran pintor Pierre Soulages. Alabando su figura, mientras se negaba a compartir con sus ciudadanos su furia callejera contra el gobierno, es decir, alejado de los suyos, solo tiene a favor el tiempo, comentan en Francia, ha dejado una frase para la historia: «Del negro surge la luz», ha sentenciado de manera profética. Es posible, pero Hollande, como antes otros y los partidos socialistas meridionales europeos se han ido a negro desde hace tiempo, y ojalá se iluminen y no reduzcan su esencia a la mera testimonialidad