Desde el verano pasado, Juan Caparrós Sánchez se encarga de cuidar tanto el mosaico que fue levantado allí en 2008 por la Hermandad de la Virgen del Carmen, como el jardincillo que lo rodea, en el que ha sembrado diversas plantas y ha decorado con motivos marineros. «Esto estaba muy mal, el césped estaba seco y se había convertido en un cagadero de perros», dice mientras arregla las plantas que rodean el mosaico de la Virgen. «He ido sembrando un poco de todo, romero, cactus, aloe vera. Las semillas me las han dado mujeres del barrio y otras las he traído yo», explica mientras coloca algunos adornos, entre ellos cochas de peregrinas, conchas finas, de corrucos, cañaillas, todo relacionado con el mar.
Una vez que ha conseguido recuperar ese espacio, el deseo de Juan es que el Ayuntamiento coloque una barandilla alrededor del mosaico para evitar que las plantas puedan ser pisoteadas. «Las plantas son muy tiernas y si las pisan o se mete aquí un perro puede acabar con ellas y sería una lástima», comenta, al tiempo que cuenta que «al principio desaparecían algunas, pero cuando la gente ha visto lo bonito que está quedando se ha tomado interés y son los propios vecinos quienes están pendientes». Muchas personas le han felicitado por su trabajo y fotografían el lugar. «Es una cosa bonita que alegra a muchas personas y yo me siento feliz con que así sea», dice. Pero advierte:«lo que hace falta es que se proteja».
Escultura de Emilio Prados: limpia de pintadas
La escultura en honor a Emilio Prados que hay en el paseo marítimo de El Palo y que fue cubierta con pintadas en septiembre pasado ya ha sido limpiada y ha recobrado su aspecto habitual. La obra, realizada y donada por el escultor argentino, afincado en Málaga, Andrés Montesanto, está formada por dos paneles de hormigón armado blanco que simula un libro abierto y contiene la silueta del poeta malagueño y la proa de una jábega, y está situada junto a la desembocadura del arroyo Gálica, donde apareció pintarrajeada en un acto vandálico lamentable. Aunque en su momento se dijo que el hecho iba a ser investigado por la Policía Local para tratar de identificar a los autores de la gamberrada, no se conoce si la investigación ha dado algún resultado. Y es que como saben, la realización de pintadas en mobiliario urbano está expresamente sancionada por la ordenanza municipal de limpieza con multas que pueden oscilar entre los 1.500 y los 3.000 euros. Además, el Ayuntamiento puede exigir incluso a los infractores que limpien las pintadas o pasarles la factura de su retirada. Lo mejor, sin duda, es que la escultura a Emilio Prados, el poeta perteneciente a la Generación del 27, que visitaba con frecuencia El Palo, donde durante años enseñó a leer a los vecinos y pescadores del barrio, ha recobrado su aspecto habitual.