POR SU ENTREGA Y DEDICACIÓN AL BARRIO
El sábado 17 de diciembre de 2022, por iniciativa de un grupo de sus amigos e impulsada por la Asociación de Vecinos, la Junta Municipal del Distrito 2, dedica esta plaza a Ascensión Gómez
Ascensión fue una mujer libre, valiente, solidaria y comprometida con la lucha por un mundo mejor, que vivió en nuestro barrio entre 1973 y 2009.
Participó muy activamente en todos los trabajos de la Asociación de Vecinos en aquellas fechas. Fue vicepresidenta de esta Asociación. Su casa y lo que tenia siempre estuvieron abiertos al que lo necesitara.
Recibió un homenaje como Vecina solidaria por parte del Ayuntamiento y de la Federación de AVV.
Defendió a los vecinos de la playa y de las protegidas; participó en la conquista de plazas, zonas verdes y colegios; en la plantación de árboles en las calles; en las Semanas Culturales y dedicó muchas horas de su vida a cuidar y guiar a los jóvenes de las Cuevas.
UNA PLAZA PARA UNA VECINA EJEMPLAR
Málaga, mayo de 2022. Solicitud ante la Junta Municipal del Distrito 2 En nombre de los vecinos, Juan Jesús Martín
Ascensión no era la persona más importante de nuestro barrio. Le faltaban muchas cosas:
- No tenía dinero
- No tenía poder
- No tenía una cultura vastísima
- No hablaba bien en público
- No tenia ambiciones políticas
- No tenía ansias de protagonismo, ni de fama.
Y a pesar de lo que no tenía, hoy pedimos un lugar de recuerdo para esta persona extraordinaria que era Ascensión. Una Plaza de El Palo para su memoria y en honor a su ejemplo de vida.
Ascensión era una vecina de aspecto físico igual al de muchas mujeres mayores de nuestro barrio.
Delgada, bajita, arrugada, vivaz, alegre, entrometida, parlanchina, sencilla, humilde y con un corazón muy grande.
De ojos pardos, brillantes, iluminados, de sonrisa permanente, de risa fácil, de esa belleza blanca de las tierras castellanas, de pelo liso y andar ligero. Ascensión vino desde fuera, como tantos otros a vivir a El Palo, y de él no se ha ido ni después de muerta.
Dedicó su vida a los demás. Trabajó, como obrera, para ganarse el pan diario, y todo el tiempo de que dispuso fue para ayudar, para reivindicar, para asistir, para luchar por los que mas lo necesitaban.
Soltera, sin hijos ni familia próxima, su afecto lo repartía entre sus amigos y las personas de su barrio. Su casa y sus pocas pertenencias estuvieron al servicio del que lo necesitó. Abrió las puertas de su pequeño piso alquilado, como una pensión gratuita o una comunidad de generosidad y amor, a todo el que se lo solicitó. Allí se podía ir a pedir consejo, a pedir ayuda, a discutir temas sociales o religiosos, a comer o a dormir. Siempre sin costo, o lo que se pudiera poner en común, y siempre con una sonrisa.
Altos y bajos, pobres o mas pobres, creyentes o ateos, legales o clandestinos, buenos o malos. Pero siempre necesitados de apoyo, de confianza, de compañía o de cariño.
Poco tenía, porque poco consiguió, pero ese poco estuvo compartido hasta los mayores extremos.
Dedicó su vida no a ahorrar, ni a buscarse un futuro, sino a dedicarse a los demás. Como una de las mejores religiosas, como una de las mejores solidarias, como una de las más revolucionarias, como una de las mejores personas que hemos conocido.
Otro de sus rasgos más singulares, junto al de su actividad, su generosidad y su alegría, era el no tener ningún tipo de complejo de inferioridad. Sin ninguna formación sólida académica, sabía lo que era la vida. Conocía desde su propia experiencia las dificultades y penurias de los más desfavorecidos.
Estuvo trabajando de sirvienta en una casa de Salamanca. Y sabía que hay muchas cosas en la vida a las que una persona, por el simple hecho de nacer, tiene derecho: A la subsistencia, a una vivienda, al respeto y al cariño de los demás.
Y esas verdades tan simples las espetaba a quien fuera necesario decírselas. Sin acritud, pero alto y claro. Sin medias tintas y sin perder la sonrisa. A Alcaldes, Concejales, Obispos, Arquitectos, Ingenieros, Abogados o Dignatarios.
Tuvo que explicar:
- Que con un salario de convenio colectivo de los años 70 no se podía mantener a una familia
- Que todos tenemos derecho a una vivienda digna
- Que los niños del El Palo necesitaban Parques
- Que los vecinos no tenían plazas donde charlar
- Que los parados necesitaban trabajo
- Que El Plan Municipal de urbanismo era una tapadera para que hicieran negocios los promotores y constructores pero que no servia para liberar las reservas de suelo que la ley establecía
- Que las urbanizaciones del Palo, Pinares, Miraflores y El Candado eran ilegales y no habían hecho las cesiones de suelo que establecía la Ley
- Que en Lagarillo Blanco se quiso especular con el suelo
- Que antes que el interés privado estaba el colectivo
- Que la democracia empezaba en las asambleas respetándose el turno de palabra
- Que juntos se consiguen más cosas
- Que las cuevas donde todavía vivían personas había que cerrarlas y urbanizar sus calles
- Que en el negocio de las drogas, los mas perjudicados eran los que las tomaban y los mas beneficiados unos granujas entre los que había demasiada gente respetable.
- Que la juventud de la zona de Las Cuevas necesitaba apoyo, formación y cariño.
- Que las gentes de la Playa, y de las Viviendas Protegidas tenían derecho a su vivienda
- Que la cultura es para todos y no solo para una élite
- Que la caridad no puede sustituir a la justicia
Participó en la gestión de una cooperativa de viviendas para realojar a las gentes del Corralón de Calle Molejón. Se integró en las luchas y manifestaciones de los parados. Formó parte de los que recuperaron la Romería de San Antón. Participó en todas las Semanas Culturales del barrio, y aceptó cuando se lo pidieron, ser la vicepresidenta de la Asociación de Vecinos del Palo.
Ascensión fue una feminista igualitaria, una luchadora incansable por la justicia y la dignidad, una reivindicadora constante de los derechos de los mas débiles, y con ellos y para ellos dedico sus fuerzas y su vida.
Dio, enseñó, fue ejemplo de solidaridad, compartió, denunció, luchó, vivió en El Palo y descansa en El Monte de San Antón.
No creemos que exista otra persona en nuestro barrio en estos últimos años, con mas valores sociales que Ascensión. Entre todos nuestros vecinos no hemos encontrado nadie mejor que encarne el ideal de libertad, de solidaridad y de compromiso con sus gentes que esta menuda mujer.
Por eso hoy desde aquí, reclamamos a la Administración que dedique el nombre de una Plaza, no a la persona, sino a los valores de vida que ha derramado en El Palo.
HONRADEZ, SOLIDARIDAD, JUSTICIA Y COMPROMISO SOCIAL
RECORDANDO A ASCENSIÓN GOMEZ
2009. Miguel López Castro
Durante el mes de marzo, la Federación de Asociaciones de Vecinos organiza una serie de actividades que han tenido como motivo central la celebración del día del Ciudadano.
Nosotros preferimos llamarle día del Vecino que hace unas referencias a las personas de a pie que viven en los barrios, esos espacios geográficos y humanos abandonados e ignorados por la lingüística grandilocuente de la Ciudad.
Se trataba con estos actos de rendir homenaje a un vecino o vecina de cada barrio que fuera significativo en la historia de la barriada por su trabajo desinteresado desde la AAVV. La Asociación de Vecinos de El Palo eligió a una vecina de todos conocida Ascensión Gómez.
Ya en otra ocasión le dedicamos unas cariñosas páginas en El Copo número 58 (junio del 86). Ascensión no es una vecina normal, es una persona de mayor entidad. Ella no necesitó nunca una gran formación para discernir entre lo bueno y lo malo, para optar siempre por el interés de los demás.
Desde el origen de la Asociación de Vecinos, en tiempos mucho más difíciles que ahora, ya había optado por la defensa de los intereses de la barriada, y desde ella por los intereses de los más necesitados y marginados.
Serían incontables las horas de dedicación de Ascensión a nuestro barrio. En cada mejora conseguida para la barriada desde la Asociación de Vecinos, encontramos su granito de arena.
Cuando nos paseamos por la barriada podemos alegrarnos de ver un Centro de Salud, o el Parque de Playa Virginia, o el Colegio Miguel Hernández, el Instituto, el solar para los vecinos del Corralón, árboles en los alcorques, la protección del Monte de San Antón con 300.000 metros cuadrados públicos, el local social que hoy ocupa la Cruz Roja, los solares que hoy están reservados en el Plan General para futuros equipamientos, el paseo marítimo de El Palo, el Plan de urbanización de las Cuevas, el agua y el alcantarillado de muchas casas, etc…. En todas estas cosas se dejó Ascensión parte de su vida. En todas ellas colaboró sin más interés que el de sentirse solidaria con los demás.
Pero todo esto no define más que en parte la calidad humana de Ascensión. Ella es una de las personas de más de 60 años que ha sido capaz de conectar con la capa de la juventud más marginada de esta sociedad. Si ya es difícil que una persona de esta edad conecte con la juventud, doblemente difícil es que sea respetada por los jóvenes que están mas cerca de la delincuencia y las drogas que de ese espacio social digno que la sociedad no les ha dado la oportunidad de tener.
Así piensa Ascensión de ellos y a pesar de los problemas que encierra este tipo de relación, es respetada y admirada por muchos de ellos porque ha sido sincera, comprensiva y solidaria. Ha sido capaz de darles lo que la sociedad les ha negado.
Los que convivimos con ella sabemos realmente la calidad humana, la capacidad de entrega, la solidaridad que es capaz de desarrollar esa persona con su eterna sonrisa, su voz quebrada y cuerpo ligero que a diario pasea por nuestro barrio con su pequeño perro que hoy es su mejor compañero.
Del Ayuntamiento y de la Federación de AAVV recibió Ascensión una bandejita y una escultura como símbolo del homenaje. La primera reacción de Ascensión fue donarlos a la AVV de El Palo: “Esto pertenece a la AVV” dijo al entregarlos.
A veces uno hecha en falta la capacidad de un buen escritor para poder escribir con palabras todo lo que sentimos por una persona. Esta es una de las veces. Aunque pobre, este es nuestro homenaje a nuestra vecina Ascensión.
CARTA DE DESPEDIDA A ASCENSIÓN
Málaga, enero de 2009. Juan Jesús Martín
«Querida Ascensión:
Te conocí allá por los años 74, cuando todavía prohibidos los partidos políticos, en la dictadura de Franco, la sociedad se agitaba buscando la salida del túnel organizándose en las Asociaciones de Vecinos.
Mujer menuda y delgada, más bien baja, de piel blanca de la meseta salmantina, andabas con mucha desenvoltura por las calles de El Palo, encontrándote en cualquier acto de carácter social, político, cultural o religioso, que en el mismo se celebrara.
De trato fácil, parlanchina, dotada de una risa y sonrisa permanentes, alegre y cascabelera, te acercabas a los vecinos del barrio sin ningún tipo de complejos, y hablabas, opinabas o discutías con absoluta libertad.
Vivías en Calle Mar, en la planta primera del bloque donde estaba la tienda de Vivas Hermanos, frente a Las Viviendas Protegidas. Vivías compartiendo el piso con Noli, y abriendo las puertas de tu casa a todo el que lo necesitaba. Por allí pasaron, como en las canciones de Sabinas, curas obreros, curas sindicalistas, solitarios, pobres, necesitados de cariño, sindicalistas clandestinos, refugiados políticos, monjas, parejas que se querrían sin haberse casado, parejas que se casaron del modo mas heterodoxo, obispos, ateos, creyentes, laicos, locos bajitos, Mari, Mariana,
Amador, Miguel León, Paco, Blanca, Rogelio, Miguel Castro…. Allí, en un salón de 17 m2 metiste a la humanidad entera.
Tu compromiso constante, han sido siempre las personas, las personas mas necesitadas, en el marco de las mejores doctrinas que propugnan el respeto entre todos los hombres, la justicia social, la solidaridad y el AMOR con mayúsculas. CRISTIANISMO, MARXISMO O SOCIALISMO. Se podía también decir que eras una incansable ACTIVISTA, INCONFORMISTA Y LUCHADORA. Hacías las más crudas denuncias sin perder tu sonrisa, y sin perder en ningún caso el amor por el que denunciabas. Sin cortarte un pelo, sin chillar, o chillando, pero sin callar.
D, Juan el cura, te ayudó a buscar un empleo en CEREGUMIL. Y allí trabajaste como obrera, sin poder evitar el poner el dedo en todo lo que te parecía injusto.
Parada, prejubilada, con muy escasa pensión, tampoco te detuviste y no dejaste de compartir a mano llenas todo lo que tenías: tu dinero, tu casa, tu tiempo, tu vida y tu seguridad.
Te he visto repartir panfletos en la Dictadura, correr delante de los grises, estar amenazada por los niñatos Ultras, dar mantas en las inundaciones del Palo, visitar a detenidos, luchar en el sindicato, asistir a todas las manifestaciones que se convocaran, trabajar en actos culturales, reivindicar el Parque Lagarillo, denunciar a especuladores, increpar públicamente a Alcaldes y Concejales, convocar al personal de la Playa, Las Cuevas y las Protegidas a unirse para defender sus derechos, plantar árboles, asistir a reuniones de urbanismo, de la constitución, de partidos políticos…
Y siempre dando todo lo que tenias.
Pegué un respingo el día que me dijiste que eras monja. Que a tí la rigidez de un Convento cerrado de Castilla te ahogaba, y que tu Superiora, imagino que acosada por tu inconformismo, te mandó a Málaga…. A FUNDAR.
Y claro que FUNDASTE. Fundaste el mayor espacio de amor al prójimo. El mayor espacio de respeto, de compromiso, de esperanza, de caridad, de denuncia, de lucha y de libertad, que yo jamás he conocido.
Pasaste largos años junto al cura Miguel León, nuestro maestro, y en la Asociación de Vecinos de El Palo, donde tus compañeros te pidieron en un tiempo que ejercieras de vicepresidenta. Y como tratándose de dar a nada decías que no, …. Pues como si te hubieran pedido que dieras tu vida por los más necesitados de El Palo.
Ya muy menudita, de mayor, superaste un infarto. Hablabas con dificultad, pero tampoco callaste. Y años después te visitó el Alzheimer que se fue quedando contigo entera distanciándote de los que conocías en la fragilidad de una memoria y una vida que se acercaban a su final.
Nunca olvidaré nuestro último encuentro, en el que no me reconociste, a pesar de los muchos días compartidos, pero SABIAS que entre los DOS había un cariño muy estrecho. Nunca me han dicho tanto, sin ninguna palabra.
Sé que vuelves a El Palo. Que quieres quedarte con nosotros. Que has pedido que tus cenizas viajen desde Salamanca a nuestro barrio para alimentar nuevas savias en el Monte San Antón. Descansarás junto a otra persona única como tú, junto a Antonio Román.
Adiós Ascensión, hasta que volvamos a vernos, en ese lugar donde nos encontramos todos, ricos y pobres. Has sido mi segunda madre, mi primer ejemplo a seguir y uno de los grandes amores de mi vida.
En nombre de todos los que te hemos conocido:
¡HASTA SIEMPRE COMPAÑERA!«
ADIÓS ASCENSIÓN
Málaga, febrero 20009. Miguel López Castro
Igual que los ecologistas sienten que la tierra es como un organismo vivo, Gaia la llaman, para muchos paleños y paleñas nuestra barriada también es como un ente vivo, con su personalidad, con sus particularidades y con su historia, que como todo organismo vivo se transforma y evoluciona.
El barrio es como una casa. La vecindad es como una familia y esta se relaciona con las demás casas y familias de su entorno.
Quienes viven en este contexto deben preocuparse por las relaciones que se mantienen entre las personas y el medio que las cobija: el barrio. Así todos y todas somos responsables directos de la calidad de vida y de la felicidad y prosperidad de todo el colectivo. Este mismo principio de relación se puede extender al planeta y a la humanidad.
Con estas ideas tan simples y sencillas llegó Ascensión Gómez a nuestra barriada de El Palo, con la cabeza llena de ideas religiosas, pero eran ideas religiosas tan simples, sencillas y honestas como era la misma Ascensión. Nada tenían que ver sus ideas con los intereses económicos, políticos o las maldades que generan las jerarquías religiosas.
Ella era una cristiana de base que entendía que hacer el bien escapaba a planificaciones posteriores y actuaciones sujetas a estrategias, con objetivos mayores “que solo pueden entender las mentes dirigentes y Dios”.
Hacer el bien, para ella era levantarse por la mañana y sentir que lo que una hace y dice te deja tranquilo contigo misma y en relación con los demás, porque la honestidad y la honradez, presiden esas actuaciones y manifestaciones. Palabras tan sencillas como justicia, solidaridad, bondad, honestidad, coherencia y honradez encontraban en la forma de vivir de Ascensión el ejemplo más claro de concreción práctica.
Su forma de llevar a cabo esta actitud ante la vida era entregarse a los demás a nivel individual y a nivel social, como miembro del colectivo del barrio que para ella era como la representación del planeta.
A nivel individual, desde su llegada a nuestro barrio, acogió en su casa a infinidad de jóvenes sin mas interés que el de ayudarles a crecer y ser felices y autosuficientes, capaces de construir sus vidas de adultos con buenas referencias éticas y medios para ganarse la vida.
A nivel social participó en todas las actividades encaminadas al desarrollo del barrio, como lugar de relación y desarrollo social. No importaba la tarea, allí estaba ella, igual repartía el Copo, que participaba en los sectores del barrio reivindicando las mejoras en las infraestructuras, en las actividades culturales o asistenciales a los más desfavorecidos. Su entrega era absoluta.
Ni en las más comprometidas dejó de estar presente: cuando Tejero dio el golpe de estado, una buena parte de la juventud de nuestro barrio nos lanzamos a la calle para protestar enfrentándonos al golpe, cuando llegó la policía muchos se retiraron de las calles, por el lógico miedo a la contundencia que podía tener su entrada, tomaron las calles principales y se entabló una lucha entre la policía y quienes permanecimos en las calles.
Defendíamos nuestro espacio público con piedras ante las balas de goma y botes de humo, ni en esos momentos dejó de estar presente Ascensión, su condición pacifista no le impidió estar allí, junto a nosotros, sin lanzar piedras, pero esquivando los botes y las balas de goma, como los demás. Tuvimos que obligarla a retirarse llevándola a la fuerza a la casa de unos vecinos; su orgullo y seguridad en la justicia de aquella actitud de resistencia le impulsaba a ello.
En su vida particular jamás se dejó influir por modas, convencionalismos o seguidismo de cualquier actitud intrascendente y superflua; vestía con ropas sencillas, de colores o sin ellos, no importaba la edad, ella era alegre y jovial y no entendía ni quería entender de lo que era “apropiado” o no para una mujer de su edad. No le importaba si hablaban o no de ella.
Se trataba con los jóvenes con la soltura y naturalidad de ellos, era un refugio para todos los que la buscaban y su entrega respondía a la coherencia más férrea con sus principios de justicia y solidaridad. No tenía grandes conocimientos de política, ni de economía o relaciones entre países, ni estrategias de partidos; su actitud ante la vida era simplemente la representación más clara de coherencia y honestidad.
Ascensión era un derroche de vitalidad y alegría, sencillez y bondad. En sus últimos años en nuestro barrio, antes de que su familia se la llevara a la residencia donde ha muerto, se la veía pasear con su perrillo, siempre jovial y abierta a una conversación con cualquier vecino o vecina, en su tozudez por lo natural y sencillo quería morir en su casa de El Palo, pero sus facultades mentales y físicas hicieron que su familia se la llevara con ellos.
Este año 2009 ha comenzado muy mal, murió nuestra muy querida compañera Ascensión, una mujer integra, y en Gaza se produce una matanza indiscriminada de inocentes. Gran pérdida para nuestro barrio, gran pérdida para el mundo.
Adiós Ascensión, los que te queremos no te olvidamos.
ASCENSIÓN VISTA POR UN ATEO
Málaga, febrero 20009. Antonio Caparrós Vida
Flaco favor le hace esta última con muchas de sus acciones al famoso judío, al revolucionario, al del amor entre los hombres y predicador de la igualdad a escala planetaria, el del perdón y la otra mejilla; flaco favor le hace la cúpula organizada de los sacerdotes al conciliador, al hombre de la paz y del respeto para con los demás.
Sin embargo, no toda la Iglesia católica se reduce a estos “personajones” enlutados y de cara agriada; hay todo un ejército de hombres y mujeres que viven el supuesto mensaje de otra manera bien distinta.
Ascensión a quien no conocí tan profundamente como las personas que han hecho un semblante insuperable de la persona en este mismo medio, era sin duda, uno de estos seres: altruista, dedicada a los demás, amable, optimista, alegre. Una de sus virtudes, a mi juicio, era la permanente alegría.
Tengo comprobado que hay que huir, como de la peste, de quienes no se ríen. Es axiomático: la mala leche y la capacidad de ejercer el mal es directamente proporcional a la incapacidad para la risa. Hagan la prueba si no.
Si algún respeto me merece esa ideología religiosa llamada cristianismo se la debo, entre otras personas, a mujeres como Ascensión; así es, también uno tiene sus debilidades.
Pero, ¿Quién fue ella realmente? Tal vez se pregunten muchas de las persona jóvenes y recién instaladas en el barrio, al leer este artículo laudatorio. Respuesta: una de las personas que dignificaron, con sus acciones, El Palo, a través de una combativa, irredenta e insobornable asociación de vecinos.
Ni más ni menos
Gracias por habernos dado tanto …