V E R B O S U E L T O

Los nuevos ediles sembrando una vez más odio contra la fraternidad, a favor de la corriente que premie a los afortunados, por mucho que se hayan esforzado en ser solidarios con quienes . . . menos tienen, menos saben, menos pueden, a expensas de que los grandes ediles cangrenen a modo la convivencia, la humanidad imprescindible . . . para poder seguir llamándonos . . .»humanos». En cualquier rincón de este mundo autotitulado civilizado para ser capaz de generar odio y miedo, a partes iguales y simultáneamente, contra los sectores de la sociedad más frágiles. Día a día, a favor de cada «razón sacrosanta», de nosotros contra ellos», siempre «nosotros», en la autodefensa inaplazable» hasta el espanto que nos autoelimine, a la postre, por mucho que se disimule que están en juego la supervivencia del grupo. Desde el arrinconamiento cruel de quienes son distintos, desvalidos, pobres y forasteros, empezando por negarles el derecho humano universal a la asistencia sanitaria decente y humana. Pasando por el encarnizamiento hasta la aniquilación inevitable de un pueblo entero, en Gaza, bombardeados, culpables e inocentes, víctimas todas de la vesania inhumana de quienes no saben convivir en paz, en aras de un odio pseudorreligioso, fanático, miserable y cruel, hasta el aniquilamiento inevitable de. . .los unos y los otros, en mala hora, en nombre de sus dioses respectivos, ¡en maldita hora! Hasta la barbarie insoportable, estallado un avión civil, apuntado y reventado por un misil tierra, sin que tiemble el pulso a los matarifes engalanados razones mezquinas, patrióticas, infames y nauseabundas. . . Mientras el odio se enseñorea sobre un mundo espantado y envilecido. Con algunos de nuestros alcaldes aireando el odio vecinal, como primer paso en la escalada de la incapacidad absoluta para seguir respetándonos, los unos a los otros, hasta que . . .sea demasiado tarde y el crimen logre acabar con una humanidad. . . carente, precisamente, de esa cualidad. Y de esa manera algunos estúpidos creen que la convivencia se puede arreglar . . .¡ a hostias! Torre Del Mar 23 – julio – 2.014