Ante tales tipos, negando frente a la incredulidad de todos, incluso de aquellos que ¿seguirían votándoles?, desde sus verdades incontestables cuando ejercían el poder, aunque luego nos enteramos de que "sólo pasaban por allí", y en realidad "no tenían el mínimo interés en saber algo de lo que pudiera suceder".
Tan vacilones como cobardes, conjurados, o así lo disimulan muy bien, echando el cargo de la culpa al señor que no declarará por verse afectado por "demencia senil", el tesorero La Puerta, otro que tal que lo fue todo cuando tenía el poder y la cabalidad.
Apelando, puro escarnio, a la humanidad en el despido "en diferido" del buen Luis Bárcenas", el mismo que le "daba tanto asco" al señor Maroto entre otros.
Y es que las tragaderas deben ser inconmensurables de los de la pandilla de aquellos que lo fueron mucho o casi todo en el PP, desde el Arenas infumable hasta el Rato impresentable, desde los apocalípticos Álvarez Cascos, Acebes y Mayor Oreja hasta el mismo Rajoy que tampoco "sabía nada salvo alguna cosa", como para haciendo el paseíllo sin mayores agobios . . .
Para ir al nuevo vacile, el del inefable Montoro, ante la sentencia del Tribunal Constitucional que declaró "ilegal" la amnistía fiscal decretada y aplicada en 2.012 por el tal Montoro, el ministro de Hacienda, con Rajoy, el presidente de gobierno, justificando la amnistía, y el tal Montoro asegurando que "hubo más socialistas que gente del PP acogidos a la amnistía", en esa indecente manera de desvíar la atención, eludiendo cualquier consideración de dimitir.
Y a más más, ahora pretende el titular de Hacienda que "se unan todos los partidos para impedir una ulterior amnistía fiscal". Es decir a la indecente interpretación de la sentencia del Tribunal Constitucional se habrá de añadir la impostura de seguir siendo tan caradura como "todo ministro ajeno a la responsabilidad".
Y así y una vez más, metidos de hoz y coz, en esta realidad que nos han sabido, a día de hoy, aguantando la desvergüenza más flagrante.
Torre del Mar junio – 2.017