Según denuncian estos colectivos, más de 200 coches tuvieron acceso a la zona, vallada desde octubre de 2012 tras la expulsión de los okupas. «Es una vergüenza, abren las vallas para que los coches puedan aparcar pero yo no puedo acceder a esa zona para que mi hija juegue», denunció Mercedes Pirez, presidenta de la asociación de vecinos del Palo, que recordó que esta zona «es un parque, no un aparcamiento».
Por su parte, Adolfo García, de la asociación de vecinos de Pedregalejo, insistió en que «aunque está como está, aquello es un parque», y se preguntó «quién ha autorizado eso y a cuento de qué, porque los coches llegaban hasta el restaurante». Adolfo García denunció «la desidia de las tres administraciones», en referencia al Ayuntamiento, la Junta y el Gobierno central, y declaró que ya no hay razón para mantener este espacio vallado, puesto que ha desaparecido el riesgo de okupas. «La gente debe poder usar ese espacio público y no llenarse de coches. Estamos haciendo un trabajo de hormiguita para recuperar lo que es un parque y no puede ser esto».