Ya no cuela

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La respuesta municipal al deterioro del centro histórico de Málaga solo ha tenido durante todos y cada uno de los últimos diecisiete años de gobierno, un responsable: La Junta de Andalucía, y su nefasta política en materia urbanística. Este escenario, supondría que todas las capitales andaluzas en manos de no afines al Gobierno de la Junta, estarían en similares condiciones de deterioro. Sin embargo, el actual estado de conservación de la Judería de Córdoba, del Barrio de la Viña en Cádiz, o Santa Cruz y Triana en Sevilla, son muy buenos ejemplos que destrozan dicha teoría, hasta pulverizarla.
En Málaga, la ausencia de un modelo de conservación del centro histórico, apunta directamente a la política urbanística municipal, que ha convertido el principal patrimonio, en pieza de saldo especulativo. No valen milongas ante tal nivel de degradación del centro, en una ciudad que en estos días cuenta sus buenas noticias por cruceros que entran por la bocana del puerto o por miles de turistas que vienen a ver nuestras procesiones, y no valen porque sencillamente, ni se recuerda un solo proyecto municipal de ciudad.
Y es que tras doce años como primer edil, y cinco más al frente del Urbanismo, ser alcalde debiera ser mucho más que el tocador de la campana de todos los tronos de todas las cofradías y hermandades de nuestra Semana Santa. Jugar el papel de ser el Cautivo de la Junta, ya no cuela